Guillermo Montenegro consiguió quedar al margen de la causa de espionaje ilegal en la ciudad de Buenos Aires, pero hoy no evitará ser interpelado por los legisladores porteños. El ministro de Seguridad de Mauricio Macri preparó la defensa con la colaboración de sus funcionarios, entre ellos Horacio “Toto” García, jefe del gabinete de asesores del ministro. García está con Montenegro desde el 1º de agosto del año pasado, fecha en la que abandonó el puesto de secretario de Fiscalía de Primera Instancia de Lomas de Zamora, a cargo del llamado Zar Antidrogas, Alberto Adrián Gentili. Ambos pertenecieron a la Ufidro, la fallida y disuelta unidad contra el narcotráfico desmantelada por la Procuración General de la Nación luego de las denuncias de espionaje y persecución política de los organismos de derechos humanos y de aquella “Fiesta de la Primavera” en la que los funcionarios aparecieron cantando karaoke en una celebración privada de Julio Virgolini, defensor de dos de las mayores causas de drogas y lavado de dinero.

“Lo importante para mí es que tenemos que abandonar la idea de que estamos ante una manga de locos”, dice José Schulman, de la Liga Argentina de los Derechos del Hombre, a cargo de las primeras denuncias contra la Ufidro. “Todos ellos tienen la misma matriz, están formados en la idea de que el mundo está en guerra contra el terrorismo, y eso es lo que explica la supuesta irracionalidad de los actos de Macri, que no son irracionales: están enmarcados dentro de las guerras contra los pueblos que desencadenaron los Estados Unidos después del 9/11.”

El actual jefe de asesores de Montenegro recibió una licencia el último 6 de agosto para cumplir servicios en el Ministerio de Justicia y Seguridad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desde el 1º de agosto de 2009 hasta el 31 de julio de 2010. La resolución de la Procuración General de la Nación, número 773/09, se otorgó a pedido de Alberto Adrián María Gentili que por lo visto siguió cerca de “Toto” García, luego de la desarticulación de la Ufidro. Como encargado de la Fiscalía Federal 1 de Lomas de Zamora, Gentili le solicitó el pase a Esteban Righi.

El 6 de mayo pasado, la imagen de García, con lentes, apareció retratada por prensa de la Legislatura al lado de Montenegro. Más atrás todavía, un imaginario túnel del tiempo permite verlo en el dúplex de la calle Uriburu del abogado Julio Virgolini. Micrófono en mano, el karaoke de García lo publicó Página/12 el 24 de febrero de 2008.

Las derivas de la Ufidro pueden echar luz al camino de vuelta que está haciendo uno de sus funcionarios. Pese a que Esteban Righi ordenó su desmantelamiento, junto a la de todas las fiscalías temáticas, parte de sus hombres se trasladaron a Lomas de Zamora, cuya área de influencia se extiende hasta el aeropuerto de Ezeiza.

Los primeros antecedentes de la persecución política y del espionaje de la Ufidro son del año 2006. El organismo investigó al Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y a Hebe de Bonafini a partir de una denuncia anónima sobre drogas y por una supuesta relación con las FARC. Al año siguiente, los organismos de derechos humanos impulsaron una denuncia contra Gentili por abuso de autoridad y violación a los deberes de funcionario público. Fiscales y policías federales de distintos lugares del país enviaban informes al organismo sobre la actividad de supuestos narcoterroristas; actividades de algunos de ellos en la Triple Frontera y sobre la actividad del vocero de las FARC Javier Calderón. Entre los investigados estaban Luis Farinello, Adolfo Pérez Esquivel, Patricio Echegaray y la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo.

En uno de esos informes, publicado por Página/12, podía leerse: “El 25 de marzo de 2004 a las 18.00, en la sede de la biblioteca de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo se efectuó un evento conmemorando los 40 años de la creación de las FARC (...) hicieron uso de la palabra Rubén Batallares (miembro del PRT-ERP); Eduardo Seoares (ex Montonero y abogado defensor del integrante de ETA detenido por Interpol en Argentina, Jesús Iriondo); Patricio Echegaray (secretario general del Partido Comunista) (...) Se proyectó un video con imágenes de la acción psicológica de las FARC, escenas de combate nocturno y diurno y en la selva, el ataque a una comisaría del interior de Colombia”.

En esa ocasión, un fiscal de Mar del Plata recibió el informe que trasladó a su vez a la Ufidro. Pese al tiempo trascurrido, la Unidad de Apoyo Fiscal para la Investigación de Delitos Complejos en materia de Drogas y Crimen Organizado emitió un informe que estableció un alerta a las fronteras del país por treinta días.

El espionaje político no fue el único cuestionamiento que recibió la Ufidro. Pese a que se creó como unidad especial para la investigación de delitos complejos, todas las denuncias en las que intervenía eran por tenencia para el consumo. Tal como lo informó este diario, varios empleados que interpusieron objeción de conciencia terminaron con traslados lejanos para obligarlos a renunciar.

La llamada “Fiesta de la Primavera”, de la que dio cuenta Horacio Verbitsky, se hizo el 21 de septiembre de 2006 en un dúplex de Virgolini. Gentili fue con cuatro de los seis secretarios de la fiscalía: Sergio Mola, Santiago Marquevich, Marcelo Alonso y García. Las celebraciones se hacían viernes de por medio en el dúplex o en quintas del Gran Buenos Aires. El 1º de marzo de 2008 se anunciaba en estas páginas que Gentili había presentado la renuncia a su cargo. Y que el procurador general Esteban Righi se disponía a reducir el resto de las fiscalías temáticas.