Varios miles de personas acompañaron la inauguración del Centro Cultural Bicentenario, en el antiguo Palacio de Correos. Completado el primer tramo de obras, ayer empezaron a funcionar las primeras actividades: la exposición de filatelia e histórica del Correo nacional, y dos muestras de pintura. Pero lo que más impresionó a los visitantes fue la apertura al público del edificio en sí. Las paredes enteladas y las arañas deslumbrantes del segundo piso ocuparon el primer lugar en las preferencias. La revitalización del edificio incluirá también programas arquitectónicos de avanzada, entre ellos la Ballena Azul, auditorio sinfónico para 2000 espectadores en forma de burbuja, como suspendido en el aire. También, en el último piso, funcionará el primer mirador público de la ciudad.

“¿Las paredes tenían frío?”, medio en broma medio en serio preguntaba Maia, de seis años, y su madre, Mariana, trataba de explicarle que no, que antes, en los grandes palacios, en vez de pintar las paredes se acostumbraba tapizarlas, como a las sillas. Las dos formaron ayer parte de la multitud que subió las escaleras de mármol hasta el segundo piso del flamante Centro Cultural. Además de paredes de terciopelo, el salón –donde Cristina Fernández de Kirchner presidió la inauguración– ofrece sus arañas con decenas de tulipas y sus puertas-ventana altísimas, con vista a la Casa Rosada y todo al sur. También quedó habilitada la planta baja, donde los mostradores de los puestos de atención, preservados, se revelan como preciosos objetos de madera noble.

También en el segundo piso se inauguró la muestra Provincias Argentinas, a la que cada estado de la Nación contribuyó con una pintura. En la planta baja empezó a funcionar la muestra de Ariel Mlynarzewicz Revolucionarios de Mayo, que incluye pinturas y un audiovisual. También se abrió una exposición histórica y filatélica sobre el Correo Argentino, en la que se aprecian estampillas históricas, entre ellas las dedicadas a Eva Perón y a José de San Martín. Para los próximos días se anuncian las actuaciones de Horacio Fontova, Adrián Iaies, Roxana Amed, Jaime Torres, Carlos Vila, Celeste Carballo y la Orquesta Sinfónica Nacional.

El antiguo Palacio de Correos y Telégrafos, ubicado entre las avenidas Leandro N. Alem y Corrientes y las calles Sarmiento y Bouchard, tiene nueve plantas. Fue proyectado por el arquitecto Norbert Maillart y se terminó de construir en 1928. Con el desarrollo de nuevos medios de comunicación, el tráfico postal tradicional disminuyó y el edificio quedó sobredimensionado. En 1997, fue declarado monumento histórico nacional. En 2005, el llamado a concurso nacional e internacional para refuncionalizar el edificio dio inicio a los preparativos de la celebración del Bicentenario.

El trabajo combina programas arquitectónicos vanguardistas con un minucioso trabajo de restauración. El Centro incluirá salas de música y diversos espacios para exposiciones y auditorios. Tendrá una superficie total de 110 mil metros cuadrados, lo cual lo convertirá en uno de los centros culturales más grandes del mundo.

El más espectacular de estos programas arquitectónicos será la Ballena Azul, especie de burbuja de líneas totalmente curvas “que emerge suspendiéndose en el aire”, donde funcionará la Gran Sala Sinfónica, para 2000 espectadores. El nuevo centro cultural será sede permanente de la Orquesta Sinfónica Nacional. Además se revalorizará y abrirá al público la vasta cúpula del Palacio, así como la terraza, donde se abrirá un mirador que se anuncia como “el primer punto panorámico de la ciudad”.