El radicalismo se internó ayer en un sinfín de reuniones y llamados telefónicos producto de dos fuertes discusiones que mantienen de cara a las elecciones del año que viene. Por un lado, en una reunión de la Mesa Ejecutiva, el presidente del Comité Nacional, Ernesto Sanz, les pidió a los referentes de Julio Cobos y Ricardo Alfonsín que ambos apuren a marzo la definición de la candidatura presidencial. Por el otro, se desató la interna radical entre el sector de Oscar Aguad y de Ricardo Alfonsín por la presidencia del bloque de Diputados, que podría terminar en una nueva votación para definir si continúa el diputado cordobés o si Alfonsín coloca a Ricardo Gil Lavedra en su lugar.

El fin del año legislativo y el repentino fallecimiento de Néstor Kirchner, sumados a la disputa entre Alfonsín y Cobos por la candidatura presidencial, enardecieron el clima dentro de la UCR, que por estas horas se encuentra en un profundo conflicto por los espacios de poder y el manejo de la caja que implica la presidencia de la bancada.

La intensa actividad de ayer arrancó con la reunión en el Comité Nacional, donde Sanz les trasladó formalmente a los dos candidatos el reclamo tanto del GEN, de Margarita Stolbizer, como del Partido Socialista de Hermes Binner y de un sector importante de dirigentes radicales que no quieren esperar hasta la primaria abierta para resolver quién encabezará la fórmula en el 2011. Aunque el planteo fue realizado a los dos sectores, en realidad se trató de un “apriete” dirigido al vicepresidente Julio Cobos, quien, producto de sus obligaciones institucionales, insiste en patear la pelota hasta agosto.

Del encuentro participaron, además de Sanz, el secretario general del partido, Jesús Rodríguez; los senadores Gerardo Morales, Juan Carlos Marino y Pablo Verani; el ex gobernador Carlos Maestro y los diputados Alfonsín, Sandra Rioboó, Ricardo Gil Lavedra y Silvana Giúdici, junto a los dirigentes cordobeses Mario Negri, Carlos Becerra, y el presidente de la JR, Nahuel Ibazeta, entre otros.

Esa posición del vice empezó a generar diferencias hacia dentro del sector cobista. Este fin de semana, el cordobés Aguad salió a reclamarle a Cobos que “repiense” su estrategia de cara al 2011, luego de la muerte de Kirchner. Aguad está pensando en su candidatura a gobernador y no quiere esperar hasta agosto para hacer campaña de la mano del candidato presidencial, sobre todo teniendo en cuenta la actitud de su principal rival, el peronista José Manuel de la Sota, que volvió a mostrarse cercano al kirchnerismo.

De todas maneras, hasta ayer en el entorno íntimo de Cobos insistían con la idea de resolver la disputa en la primaria abierta. Por el lado de Alfonsín saben que definir en marzo les puede resultar beneficioso, pero prefieren esperar que el vice se pronuncie sobre el tema. Fuentes radicales aseguraban ayer que la única alternativa para que no se llegue a las primarias abiertas es que Cobos se encuentre inexorablemente debajo de Alfonsín en las encuestas.

Tal como publicó Página/12 hace una semana, el bloque de diputados radicales se encuentra sumido nuevamente en un duro enfrentamiento entre el sector de Aguad y el de Alfonsín por la conducción de las 43 bancas que alcanzó la UCR. Poco antes de llegar a una ruptura, en diciembre pasado habían acordado que ambos alternarían un año en el cargo de presidente del bloque y vicepresidente de la Cámara. Sin embargo, con el surgimiento de la candidatura presidencial, Alfonsín prefiere no asumir la presidencia del bloque y, en cambio, postula a Ricardo Gil Lavedra para ese cargo. Esa situación generó el rechazo del sector que comanda Aguad, bajo el argumento de que era un enroque de hombres y no de sectores.

El diputado Juan Pedro Tunessi, del alfonsinismo, proponía ayer someter a una nueva votación el tema, aunque había diferencias con otros dirigentes del propio espacio, que preferían no “embarrar” a su candidato presidencial con esta pelea, en la que incluso podría resultar derrotado. Hasta el momento, Aguad cuenta con el respaldo de 22 diputados, mientras que Alfonsín con 21. Sin embargo, según el sector que se consulte, hay “entre cuatro y cinco diputados” que podrían saltar de un bando a otro.