La oposición juega hoy su última carta del año parlamentario en Diputados. Busca emplazar a la Comisión de Presupuesto para que rediscuta el cálculo de ingresos y egresos que el Gobierno estimó para 2011. Todas las bancadas opositoras comprometieron su presencia en el recinto para la sesión especial impulsada por el GEN, el socialismo y Proyecto Sur, pero las ausencias de legisladores de distintas provincias podrían poner en riesgo la conformación del quórum para sesionar. El oficialismo, que no avala la convocatoria, igual prepara su tropa para resistir el embate.

El extenso temario incluye distintos proyectos de todo el arco opositor y un reclamo común: obligar al oficialismo a rediscutir el proyecto de Presupuesto. El primer punto de la agenda de la sesión especial convocada para hoy a las 10 es el “emplazamiento” a la Comisión de Presupuesto y Hacienda para que se reúna mañana a la misma hora y que vuelva a debatir el cálculo de ingreso y egresos que el Ejecutivo estimó para 2011.

Para ello, la oposición deberá sortear dos obstáculos. Primero, conseguir quórum para sesionar. Los pronósticos más optimistas dentro del conglomerado opositor arrojaban ayer por la noche un número ajustado de diputados para abrir la sesión, pero nadie daba certezas de que podrían alcanzar el objetivo.

El otro obstáculo será aún más difícil: para “emplazar” a la comisión, la oposición sólo necesita mayoría simple, lo que alcanzaría sin dificultad si logra sentar al menos 129 legisladores en el recinto. Pero para habilitar que la comisión legislativa pueda emitir dictámenes después de vencido el plazo estipulado por el reglamento interno de la Cámara (hasta el 20 de noviembre) deberá contar con dos tercios de los presentes. Algo que no lograría si el oficialismo, como está previsto, bajara al recinto si hay sesión.

Ayer, los bloques opositores confirmaron su asistencia a la convocatoria de hoy en la Cámara baja, aunque reconocían algunas dificultades para garantizar la presencia de todos los miembros de cada bancada. El último en sumarse fue el Peronismo Federal, que resolvió bajar al recinto tras una reunión de bloque que encabezó Felipe Solá. Ya lo habían hecho el radicalismo y el PRO. En tanto, desde la Coalición Cívica adelantaron que asistirían, pero que no seguirían trabajando –como lo habían hecho hasta ahora– en el “armado” de la sesión.

Las diferencias entre los bloque mayoritarios del Grupo A terminaron dejando en manos de otras bancadas más pequeñas la posibilidad de construir una convocatoria que tentara a todo el arco opositor.

El temario incluye también la reforma del Indec, la regulación de la publicidad oficial, la suba de las deducciones para el cálculo del pago del Impuesto a las Ganancias, la comisión bicameral investigadora de la deuda pública, la producción estatal de medicamentos, la suspensión de las ejecuciones a los deudores hipotecarios, la reforma a la ley defensa del consumidor y de la ley de trasplantes para incluir a los donantes vivos.

Pero con los bloques de la oposición desentendidos de la convocatoria, sumado a la escasa actividad legislativa en comisiones (que ya no pueden emitir dictámenes), hizo que muchos legisladores del interior no viajaran a Buenos Aires. Lo que pondrá nuevamente a prueba la capacidad de convocatoria opositora a fin de evitar un nuevo fracaso. El oficialismo, en tanto, seguía anoche de cerca las posibilidades de la oposición y alistaba su tropa para dar debate en el recinto y trabar la propuesta de rediscutir el Presupuesto.