El PRO finalmente no pudo lograr la aprobación del Presupuesto 2011 en la Legislatura. No hubo acuerdo entre los bloques opositores y el macrismo se resignó a volver a discutir la pauta para la ciudad de Buenos Aires en febrero próximo. Luego de febriles negociaciones en el despacho del vicepresidente primero del cuerpo, Oscar Moscariello, y de reuniones que se prolongaron hasta en los pasillos de la Legislatura, no alcanzaron los dos cuartos intermedios solicitados por los diputados para que pudieran arribar a una postura en común. Lo único que logró el oficialismo, al filo de la medianoche, fue que se aprobara en el recinto la prórroga tarifaria a la alícuota de Ingresos Brutos y la modificación del código fiscal, las únicas iniciativas para las que prestaron quórum los legisladores de la Coalición Cívica (CC), el peronismo, Encuentro Progresista y los que componen el bloque que responde a Francisco de Narváez. Aunque aprobadas en general, ambas leyes, al cierre de esta edición continuaban siendo discutidas por los legisladores opositores que no estaban de acuerdo con la forma en que se instrumentaría el aumento impositivo en la ciudad.

A las 17, estaba previsto el reinicio de la sesión para tratar el Presupuesto luego del cuarto intermedio solicitado por el PRO en medio de la fallida sesión del pasado miércoles, cuando tenía la derrota asegurada. Pero apenas alcanzó el número necesario para el quórum, se definió pasar a un nuevo cuarto intermedio hasta las 19. Mientras tanto, los pasillos de la Legislatura eran un hormigueo por las conversaciones entre opositores y macristas que intentaban desesperadamente conseguir voluntades a su favor. “La oposición elabora su discurso conforme a su conveniencia política”, repetía el presidente de la Comisión de Presupuesto, Alvaro González, uno de los encargados de la negociación. “Ya les di todo”, se quejaba, al enumerar que el PRO había accedido a excluir el aumento del ABL, a establecer una segmentación en Ingresos Brutos y a la mayoría de las demandas que solicitaban los sectores opositores con los que todavía tenían diálogo. “Tienen una clara intencionalidad política en que la ciudad no tenga su presupuesto”, expresaba González, quien se mantenía en permanente comunicación con el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, encargado de monitorear la situación.

“No hay nada nuevo, si sigue todo así no queda otra que votar en contra”, aseguraban por su lado los opositores que seguían sin estar convencidos de que los cambios que el oficialismo le aseguraba que quedarían plasmados en el proyecto que se iba a tratar.

Toda la estrategia parlamentaria que el PRO había montado para esta sesión quedó trunca. No hubo tiempo para los discursos encendidos porque la negociación, en este caso, ocurrió afuera del recinto. El único bloque que se mostró abierto al diálogo fue la CC. Ya sin el peronismo –con expresas instrucciones de la Casa Rosada de no bajar a sesionar–, ni con las abstenciones del bloque de Proyecto Sur, ni del ibarrismo, el PRO veía agrandar sus chances de derrota.

A la hora de regresar al recinto, los jefes de los bloques fueron convocados a una reunión de urgencia en el despacho de Moscariello que se prolongó durante más de una hora. Mientras el jefe de la bancada PRO, Cristian Ritondo, arengaban a la oposición para que permitieran la aprobación del Presupuesto, la mayoría de los bloques optaron por abandonar el despacho y continuar la discusión en el pasillo. Hacia allí confluyó el kirchnerista Juan Cabandié, el ibarrista Eduardo Epszteyn, Fabio Basteiro por Proyecto Sur, Martín Hourest de Igualdad Social, Marcelo Parrilli del MST y Gabriela Cerruti de Nuevo Encuentro. Con acuerdo de dejar al macrismo en solitario, subieron al despacho de Hourest para seguir las alternativas de lo que sucediera en la Cámara.

“Ahora dependemos de Fernando Sánchez”, dijeron al pasar como para deslindar la responsabilidad en el “lilito” y agregarle dramatismo a la partida de ajedrez en la que ya se había convertido la jornada. Pasadas las 21, Sánchez, sentado en su banca y con el quórum que permitieron –también se sumaron los denarvaístas Mónica Lubertino y Daniel Amoroso–, solicitó un nuevo cuarto intermedio que se prolongó hasta casi la medianoche cuando se reanudó la sesión también con la presencia del bloque del PJ encabezado por Diego Kravetz. Cuando finalmente se definió que en el orden del día no se trataría el presupuesto por no haber llegado a un acuerdo, los legisladores opositores que se encontraban a la expectativa en sus despachos abandonaron la Legislatura.

Cruces por el Consejo

“Mantuvimos una serie de reuniones con los jefes de bloques y revisamos los puntos que objetaron del proyecto original”, aseguró Ritondo, cuyo teléfono no dejó de sonar con llamados desde Bolívar 1. En ese sentido, precisó que el oficialismo desistió de las subas de la tasa de Alumbrado, Barrido y Limpieza y de la alícuota de Ingresos Brutos, así como incorporó más fondos para el área de vivienda y una partida para el Hospital Garrahan. Parrilli, uno de los más duros, sostuvo que “La rosca de ofertas y presiones del PRO entre cuatro paredes ya no da para más. El Presupuesto Macri es invotable por cualquier bloque político que se considere opositor o mínimamente democrático”, aseguró.

“Frente al rechazo del Presupuesto en la sesión del miércoles pasado, el PRO decidió canjear votos y obtenciones para esta sesión a cambio de cargos en el Consejo de la Magistratura”, denunció por su parte el legislador de Diálogo por Buenos Aires, Aníbal Ibarra.

En medio de la discusión, como adelantara Página/12, también se coló por lo bajo la disputa por la futura composición del Consejo de la Magistratura porteño, cuyos cargos habían sido ofrecidos por el PRO al PJ, y al ibarrismo. Pero en este caso, sin el apoyo peronista el ofrecimiento cambió de actores. Ahora la repartija de lugares incluía al bloque de Proyecto Sur y a la CC. Basteiro se puso al frente de la mesa negociadora y desplazó de ese lugar a su par Julio Raffo, que se había mostrado más flexible en su diálogo con los macristas, lo que de-sató una interna al interior del bloque. Circuló también la versión de que la filtración del ofrecimiento para la gente de la Coalición Cívica, fue una de las circunstancias que llevó a Ritondo a presentar su renuncia como jefe de bloque PRO a partir del año próximo. “No es la primera vez que llevan adelante dentro del partido negociaciones que no le gustan, y eso especialmente sucedió en esta”, deslizaron desde su entorno sobre el Presupuesto. También se barajó la posibilidad de que la amenaza de Ritondo de bajarse de la presidencia del bloque PRO, haya sido por las concesiones que González definió por sí mismo para lograr el apoyo opositor.

Informe: Gabriel Morini.