El cardenal primado de Argentina, Jorge Bergoglio, debería declarar como testigo en una causa penal abierta en Francia por el asesinato en 1976 del sacerdote Gabriel Longueville –de origen francés y cura párroco de Chamical– si la Justicia riojana hace lugar al exhorto de su par gala. El exhorto de la jueza Silvia Caillard, del Tribunal de Gran Instancia de París, se produjo en la causa abierta por la denuncia de la madre del sacerdote, Marie Thérèse Abattu. El exhorto pretende que la Justicia federal riojana tome declaración testimonial al cardenal porque la Justicia francesa tiene “una serie de consultas puntuales” que hacerle. Longueville, junto a su par Carlos de Dios Murias, fue secuestrado el 18 de julio de 1976 en la casa parroquial de Chamical por un grupo de tareas integrado, aparentemente, por militares, agentes de fuerzas de seguridad y agentes civiles de la dictadura. De ahí ambos fueron trasladados a la base aérea de esa localidad y allí fueron torturados, hasta que los cadáveres aparecieron en un predio cercano a la ciudad por la ruta nacional 38.