Después de cuatro horas de debate y tironeos, la Cámara de Casación Penal –que sigue en la jerarquía judicial a la Corte Suprema– acordó que su nuevo presidente será el jurista Pedro David, quien regresó hace dos meses del Tribunal Penal de La Haya, donde juzgó los crímenes de la ex Yugoslavia. Esta designación implica un cambio rotundo en un tribunal que viene signado por denuncias por paralizar causas de derechos humanos y manipular sorteos de expedientes, entre otras tantas anomalías. La propuesta de que David quede al frente vino especialmente de Angela Ledesma (presidenta saliente), Alejandro Slokar y Ana Figueroa, quienes impulsan una reforma para dar “publicidad y transparencia”, dos características que hasta ahora brillaron por su ausencia en este cuerpo. En una acordada que firmaron ayer, los jueces de Casación se comprometieron a implementar una reforma antes del 31 de marzo. A David lo secundarán Raúl Madueño y Gustavo Hornos.