EL PAíS › OPINION
¿Objetividad periodística?
Por Lidia Fagale
Montados en tanques y carros de asalto de la coalición invasora, los periodistas. Parapetados detrás de bolsas de arena en alguna de las ciudades descuartizadas por los bombardeos, los periodistas. O asomados a los ventanales del ahora famoso Hotel Palestine; en la vanguardia y en la retaguardia, incisivos, audaces, conscientes, inconscientes, subjetivos siempre, quieran o no: los periodistas.
Esta vez, en la batalla de Irak. Una de las muchas batallas que le esperan a esta guerra desatada por el imperialismo, dispuesto a tragarse el mundo, la tierra, los cielos y los mares.
¿Soldados de la verdad, los periodistas? Parece demasiado, entre otras cosas porque en la lucha ideológica, política, económica y cultural, no hay –nunca la hubo– una sola verdad. Tampoco, claro, la tantas veces meneada objetividad.
Pero mueren, los periodistas. Eso es cierto. Sí, mueren, como los niños, mujeres y hombres que defienden una idea, una causa, un punto geográfico. O nada de eso: mueren, como tantos miles, por estar ahí, en el lugar por donde pasa la muerte. La que en este caso ha sido impulsada por la decisión de empresarios, traficantes, políticos y generales, deseosos de cumplir con el mandato divino de hacer que en este siglo la sociedad mundial se arrodille ante Estados Unidos. Cueste lo que cueste y caiga quien caiga, también los periodistas.
Excepto que, como sabe ocurrir, los hombres y mujeres de la prensa acompañen no sólo en la ofensiva física a los invasores, sino comprometiéndose con ellos y sus altos mandos a dar la noticia y la opinión adecuada, cuando se trata de sitiar al enemigo, de invadir al invadido y de confundir a la opinión pública.
Convengamos, fuera de sentimientos corporativos casi primitivos, que la guerra de este tiempo no parece admitir neutrales, ni bobos cruzando alegremente por los frentes de combate. Quién más, quién menos, sabe dónde se para y por qué razón.
Como dijera Sartre en el prólogo del libro de Frank Fanon Los condenados de la Tierra, la objetividad en determinados momentos de la historia atenta contra los oprimidos. Es casi criminal.
* Responsable del Observatorio Político y Social de la Utpba. Miembro de Felap.