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“Voy a militar en la ciudad de Buenos Aires. Pero sobre todo, voy a hacer campaña por Aníbal Ibarra”, aseguró ayer a Página/12 Elisa Carrió. El anuncio de la ex candidata presidencial del ARI tiene en sí mismo dos datos que dan cuenta sobre la posible evolución política de la chaqueña. Sin duda, por los tiempos que corren, el más importante es su apoyo cada vez más explícito al actual Jefe de Gobierno que, según la propia diputada, se traducirá en hechos concretos y no en meras declaraciones periodísticas. El otro dato que se desprende de la frase es la posibilidad cada vez más cierta de que Carrió se afinque definitivamente en la Capital Federal. Un detalle que a Ibarra lo entusiasma personalmente.
La decisión de Carrió no es una novedad para el funcionario porteño. Ella se lo comunicó personalmente poco antes de tomarse unos días de descanso tras los comicios del 27 de abril y se lo reiteró el martes cuando Ibarra anunció el cambio de fecha de las elecciones locales. El anuncio incluyó, para sorpresa del ex fiscal, una profundización de la postura de Carrió de no pedir nada a cambio. “Mi apoyo es sincero. No se termina en una elección, no importa cuál fuera el resultado y no está atado a cargos o puestos en un gabinete”, le dijo la ex candidata presidencial al aspirante a repetir la conducción del principal distrito del país.
Así las cosas, es posible imaginar a Carrió participando en actos públicos junto a Ibarra en las próxima semanas cuando, superado el ballottage y asumida la fórmula presidencial triunfante, se dispare la campaña porteña. Para el ARI, la candidatura de Mauricio Macri es a la Capital Federal lo que Carlos Menem representa para el país. Sin embargo, nadie en las cercanías de Carrió equipara al ex fiscal con el candidato del gobierno actual, Néstor Kirchner.
Sin duda, la decisión de la chaqueña dará un mayor impulso a las especulaciones que tanto en el ARI como en el ibarrismo existen sobre la traducción política de este respaldo. Antes de que se conozcan las intenciones de Carrió, importantes dirigentes de ambos partido ya habían comenzado a especular sobre la inevitable rediscusión de la conformación de las listas tanto para legisladores de la ciudad como la de diputados nacionales. En el ARI sostienen que luego del resultado electoral cae de maduro que su gente debe ocupar, como para tomar un ejemplo, un porcentaje mayor de escaños que el debilitado socialismo. En el ibarrismo saben que la lectura es correcta.
Sin embargo, Carrió se resiste a esa discusión: “Yo hice un acuerdo sin pedir nada a cambio”, repite ante cada consulta al respecto. De todas formas, la buena performance realizada en la ciudad de Buenos Aires la transforma en la principal aliada de la actual administración porteña, situación que seguramente Ibarra no querrá despreciar. Esto se puede traducir de varias maneras. Una de ellas es la reelaboración de las listas de legisladores. Otra, no menos importante, sería la posible integración de dirigentes o técnicos del ARI en puestos claves de la administración porteña.
A Rafael Romá, diputado y uno de los más estrechos colaboradores de Carrió, no le disgusta este último ítem aunque hace una advertencia: “La decisión de participar del gabinete de Ibarra es estrictamente política. Ahora bien, si se decide caminar en ese sentido, el o la elegida para ocupar una secretaría o lo que sea, debe ser un especialista en la materia que podrá ser del ARI o simpatizar con nuestra fuerza. Pero de ninguna manera ese puesto estará destinado a un dirigente nuestro que se quedó sin lugar en las listas de legisladores o de diputados. Eso es la vieja política que pretendemos desterrar”, aseguró a este diario. Carrió sostiene que todavía es demasiado temprano como para pensar en ello, pero en términos generales coincide con la lectura de Romá. Oficialmente Ibarra no dice nada al respecto, pero sabe que no puede ofrecer mucha resistencia a un desembarco arista en su gabinete. Sin embargo, hay un dato que le insufla optimismo con respecto al futuro resultado electoral en la ciudad. Y es la decisión de Carrió de militar en este distrito. Esto en sí tiene por los menos dos implicancias. Pero hay una que le interesa a Ibarra y es que se abre la posibilidad de tentar a Carrió con el primer lugar de la lista de diputados nacionales porteños. La banca que hoy ostenta la chaqueña vence en diciembre y la postergación de los comicios para Jefe de Gobierno le otorga el tiempo suficiente como para que ella realice el cambio de domicilio. De todas formas, los colaboradores de la legisladora descreen que pueda sucumbir ante tamaña tentación: “Lilita ya dijo que no quiere volver al Congreso porque su tiempo de legisladora ya pasó”, aseguran.
La otra consecuencia que tiene esta decisión está directamente relacionada con la vida del ARI porteño. El viernes por la noche, durante una reunión con dirigentes del distrito, la diputada les comunicó la novedad: “Voy a hacerme cargo de este distrito, voy a militar en él”, aseguró con firmeza y anticipó cambios en la forma de construcción partidaria. “Las viejas mañas del Frepaso todavía subsisten y las voy a desterrar”, les dijo a unos boquiabiertos aristas porteños que saben que ya no podrán recurrir a la táctica utilizada hasta el hartazgo antes de los comicios presidenciales: presionar por puestos o cargos a cambio de no emigrar del partido con todas las consecuencias mediáticas del caso. “Eso ya pasó, es historia. Hoy somos una fuerza política legitimada con el voto popular. El que no quiere estar, que se vaya. No voy a aceptar la extorsión de nadie”, les advirtió.
Lo que todavía no anunció Carrió es una de las ideas que le surgieron durante los cuatro días de descanso que se tomó en las playas bonaerenses. La chaqueña quiere adquirir un inmueble donde funcionará una especie de centro cultural y de formación política. Lo dirigirá personalmente junto a Romá y Graciela Ocaña una vez que finalicen sus mandatos legislativos: “Vamos a generar un espacio creativo y de formación. Allí surgirá la nueva generación de dirigentes revoltosos e imaginativos”, indicó una entusiasmada Carrió.