EL PAíS
Para las encuestas, la diferencia será histórica
A una semana exacta de la segunda vuelta, todos los estudios le dan a Kirchner el ancho de espadas y el de bastos: su ventaja pasa los 40 puntos, algo nunca visto. Los votantes de Carrió, El Adolfo y hasta de López Murphy se vuelcan al santacruceño.
Por Raúl Kollmann
A una semana del ballottage, cuatro encuestas confirman que Carlos Menem puede perder por una paliza histórica. Los cuatro estudios hablan de diferencias que van más allá de los 40 puntos, con lo cual se expresaría una abrumadora voluntad de cerrar el ciclo menemista. Las ventajas para Néstor Kirchner están en todos los terrenos: ocho de cada diez personas creen que va a ganar, se impone en prácticamente todas las provincias, recoge los votos de la mayor parte de quienes apoyaron a López Murphy, Carrió y Rodríguez Saá en la primera vuelta y, además, su imagen personal ante la sociedad subió diez puntos en dos semanas. Los principales consultores sostienen que es casi imposible que Carlos Menem remonte la cuesta, que el voto blanco va a crecer, pero no mucho y que tiene efectos perjudiciales para el propio Menem la campaña negativa en la que está embarcado acusando a Kirchner de montonero o piquetero, que no va a llegar al final de su mandato, que es un títere de Eduardo Duhalde o que convertirá al país en Biafra.
Las conclusiones sobre la amplísima ventaja de Kirchner sobre Menem surgen de cuatro encuestas realizadas a nivel nacional por las consultoras Opinión Pública, Servicios y Mercados (OPSM), que encabeza Enrique Zuleta Puceiro; Equis, liderada por Artemio López; Research Internacional- Analogías, cuya directora es Analía del Franco, y Ricardo Rouvier y Asociados. En los cuatro estudios las muestras son de más de mil casos y se respetaron las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.
En tres de las cuatro encuestas –OPSM, Equis y Research–, Kirchner saca más del 70 por ciento de los votos y Menem algo menos del 30 por ciento, o sea que la diferencia es más de 40 puntos. En la cuarta encuesta, la de Rouvier, la ventaja de Kirchner es igualmente exorbitante: 35 puntos. En verdad se trata de pronósticos que confirman lo que ya habían dicho los encuestadores hace varios meses, que el riojano era un seguro perdedor del ballottage. Aun así, la diferencia es todavía más amplia de la prevista.
En los trabajos de Enrique Zuleta y Artemio López se confirma también lo que se percibe en las últimas dos semanas: quedó derribado el mito de que Menem es invencible. Antes de la primera vuelta, el riojano aparecía en las encuestas como el hombre que la mayoría creía que iba a ganar, ahora el 80 por ciento piensa que el que se va a imponer es Kirchner, lo que significa que está instalada en la idea de la población que Menem va a la derrota. El estudio de Equis, discriminado por distritos, evidencia que el santacruceño demuele al riojano en casi todos lados. En Córdoba, donde Kirchner salió quinto, ahora saca el 55 por ciento de los votos: en Santa Fe donde terminó cuarto, también arrasa a su contrincante y en la Capital Federal, Kirchner quintuplica la intención de voto de Menem.
Visto por voto anterior, tanto el estudio de Analogías como el de OPSM demuestran que una abrumadora mayoría de los votantes de López Murphy, Carrió y Rodríguez Saa van para Kirchner. Por ejemplo, el 88 por ciento de los que votaron a la dirigente del ARI lo harán por el santacruceño y el 72 por ciento de los que respaldaron a Rodríguez Saa y el 55 de los que apoyaron a López Murphy votarán a Kirchner en la segunda vuelta.
Según las cuatro encuestas y de acuerdo a lo verificado por todos los consultores, el voto en blanco, nulo o impugnado crecerá respecto del que hubo en el primer turno: para algunos trepa al ocho por ciento, para otros al diez e incluso al doce. Se trata de ciudadanos principalmente de izquierda y de personas de derecha o centroderecha que de ninguna manera quieren votar un candidato del peronismo. Aun así, los consultores consideran que el volumen del voto en blanco se definirá esta semana y la impresión es que primará la voluntad mayoritaria de que la paliza al ciclo menemista sea grande, lo más grande posible.