Sergio Schoklender le pidió a la Justicia que le devuelva el dinero de la fianza, y si no que lo meta preso. El ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo le dijo al juez federal Norberto Oyarbide que vuelva a detenerlo si no acepta ninguna de las propuestas que él presentó para que le devuelvan los 40 mil pesos de la caución desembolsados “en calidad de préstamo” por su amiga Patricia Beatriz Alonso. Schoklender fundamentó su solicitud porque aseguró que tiene que restituir el dinero “ahora”.

En el escrito que presentó en el juzgado dijo que “ante la obligación moral de restituir el préstamo recibido, solicito a Vuestra Señoría considere revocar el beneficio otorgado y determinar fecha y hora para estar a derecho y proceder nuevamente a mi detención, permitiendo así la restitución del dinero depositado por parte de la señora Alonso”. Quien fuera responsable del plan de construcción de viviendas Sueños Compartidos propuso a Oyarbide que a cambio de la devolución de los 40 mil pesos de caución real, aportados por Alonso para que él recuperara la libertad, acepte “un seguro de caución” o “la sustitución por alguno de los bienes inhibidos a su elección”, o en su defecto “la caución juratoria”. Y proclamó: “Carezco de medios no sólo para afrontar la restitución de la caución real cuyo monto solicité (a Alonso) en calidad de préstamo, sino ya para satisfacer las mínimas necesidades personales”. En caso de que el juez se niegue a cualquiera de sus propuestas, Schoklender solicitó que “se revoque el beneficio de la excarcelación que fuera concedido”.

Sergio Schoklender, ex apoderado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, está acusado de liderar una asociación ilícita que habría desviado fondos destinados a esa entidad para la construcción de viviendas sociales, a través del programa Sueños Compartidos. También están imputados su hermano Pablo –que al igual que Sergio se desempeñaba como apoderado– y el contador Alejandro Gotkin, como presuntos organizadores de esa asociación ilícita.

Oyarbide investiga si los fondos fueron desviados para la compra de diversos tipos de bienes, muchos de ellos suntuarios. Desde que comenzó a ser investigado, Sergio Schoklender mantuvo una conflictiva relación con el juez e incluso en una ocasión se manifestó y reaccionó airadamente a las puertas de su despacho en los tribunales federales del barrio de Retiro. En uno de sus últimos ataques, el ex apoderado acusó al juez Oyarbide y al fiscal Jorge Di Lello de ser “cómplices” del “vaciamiento” de la Fundación por no ordenar medidas para evitar la desaparición de documentación. Pero además volvió a quejarse de que Oyarbide le limitó el tiempo de su última indagatoria porque, señaló, “los empleados me dijeron que se tenía que ir al sauna”. Asimismo, el ex apoderado pidió que se inicie una causa contra esos funcionarios judiciales por prevaricato, es decir, por dictar medidas contrarias a derecho.