A dos días de haber asumido, el presidente Néstor Kirchner solucionó un problema que llevaba meses: consiguió poner fin al paro que los docentes de Entre Ríos mantenían desde principios de año ante la falta de pago de sus sueldos y que había impedido empezar las clases a los chicos de esa provincia. Los maestros volverán hoy a las aulas y presentarán un plan para recuperar el tiempo perdido porque el gobierno nacional se comprometió a girar a las arcas entrerrianas los casi 81 millones de pesos necesarios para pagar los salarios adeudados. El acuerdo con los docentes fue firmado por el propio Kirchner en Paraná, quien en una muestra del estilo que pretende imprimir a su gestión viajó a esa ciudad después de que el ministro de Educación, Daniel Filmus, allanara el camino para la solución del conflicto. La Federación de Trabajadores de la Educación (CTERA), que intervino en las negociaciones para que la huelga fuera levantada, celebró la actitud del santacruceño.
“Hay que trabajar mucho, poner mucho esfuerzo y estar donde están los problemas. Podrán faltarnos muchas cosas, pero no ganas, fuerza y decisión para construir una Argentina distinta, aunque a algunos no les guste”, destacó Kirchner al rubricar el acuerdo que puso fin al prolongado conflicto docente en Entre Ríos. Además agradeció a los docentes “la voluntad y la comprensión” y subrayó que “es tan importante un chico de la Capital Federal como uno de Jujuy, Entre Ríos o Tierra del Fuego; todos tienen que tener el mismo nivel de acceso a la educación”.
Como el día de su asunción, el santacruceño protagonizó otro blooper. “Esta es la Argentina profunda, la Argentina federal que lamentablemente quedó sucumbida”, señaló. De inmediato admitió que había errado en la conjugación del verbo y salió del paso con una corrección que fue recibida con aplausos y risas de los presentes en el acto: “La Argentina que sucumbió; ante los docentes queda mejor sucumbió”.
Encontrar una salida al conflicto planteado con los maestros entrerrianos aparecía como el principal desafío para Kirchner en sus primeros días de gobierno. Así lo entendió el propio Kirchner y en particular Filmus, quien apenas le ofrecieron hacerse cargo del Ministerio de Educación empezó a trabajar para hallar una solución al tema. Una vez confirmado en ese cargo, Filmus anunció que viajaría esta semana a Entre Ríos y así se lo informó a Kirchner en la primera reunión que ambos mantuvieron el viernes pasado. “Vamos juntos”, le respondió entonces el santacruceño.
Si bien abonar los salarios docentes es responsabilidad de cada provincia –y, por consiguiente, también lo es solucionar los conflictos que surgen cuando no se los paga–, poner fin al paro que por su extensión había trascendido ya al plano nacional aparecía casi como una obligación para un Presidente que prometió que la educación sería prioridad en su gestión. “Acudimos porque se estaban creando dos categorías de argentinos”, explicó ayer Filmus. Es que como consecuencia de la huelga los chicos de Entre Ríos aún no habían comenzado las clases.
El ciclo lectivo empezará hoy porque los maestros, a quienes en febrero les pagaron por última vez, se comprometieron a suspender el paro a la espera de que les abonen los salarios que les deben y a recuperar en el futuro las clases que no fueron dictadas. El día en que les cancelen la deuda levantarán definitivamente la medida de fuerza, según establece el acta firmada por Kirchner con representantes del gobierno y los docentes entrerrianos en el salón principal del Consejo General de Educación local. A ese lugar ingresó y se retiró ovacionado junto a Filmus a diferencia del gobernador Sergio Montiel, quien fue agredido verbal y físicamente.
En el mismo acuerdo el gobierno nacional asumió el compromiso de girar a Entre Ríos dentro de los próximos diez días hábiles los casi 81 millones de pesos que hacen falta para pagar en una sola cuota los salarios adeudados. Ya en febrero la provincia había recibido 12 millones de pesos para cancelar las deudas que entonces mantenía con los maestros. Por pedido del gremio, se incluyó un párrafo que compromete a la administración provincial a pagar en tiempo y forma los haberes de los próximos meses.
La clave para la solución del conflicto fue la obtención de un crédito de 400 millones de dólares para crear un Fondo Fiduciario para garantizar el pago de los sueldos docentes y, en consecuencia, la normalidad del dictado de clases en las provincias con mayor riesgo económico.
Con ese as bajo la manga –que en Educación reconocen como un logro del ministro de Economía, Roberto Lavagna–, Filmus viajó temprano a la mañana a Paraná y para la hora en que Kirchner arribó a esa ciudad tenía todo resuelto. Las negociaciones ratificaron la cualidad que le atribuyen de tener buen diálogo con los gremios y que le fue útil para sortear un último obstáculo: la resistencia de algunos a suspender la huelga antes de tener en su mano el dinero que les adeudan.
La confianza de la CTERA en la solución propuesta por Filmus también resultó clave y quedó reflejada en el tono conciliador de las palabras de Maffei en la firma del acuerdo. La titular del gremio docente agradeció a Kirchner “el gesto de venir a la provincia a sólo 48 horas de la asunción del mando porque eso muestra que podemos empezar a acariciar la esperanza de que en la Argentina habrá soluciones para los problemas de los argentinos”.
Filmus tampoco se privó de elogiar al santacruceño. “En mis 25 años como docente no tengo memoria de que la primera actitud de un Presidente haya sido la educación. Esta es una señal importante que tiene que estar acompañada con mejoras en la inversión”, destacó el ministro, quien anunció que impulsará “una ley para que se garantice el derecho a la educación” y razonó que “en la medida en que el Estado cumpla, los docentes van a cumplir”.