EL PAíS
La estrella de la semana podría ser una rebaja para las naftas
Según pudo establecer este diario, el presidente Néstor Kirchner estaría evaluando con el ministro de Economía, Roberto Lavagna, una reducción del precio de los combustibles que rondaría el 4 por ciento.
Por Fernando Cibeira
El presidente Néstor Kirchner volvió anoche a Buenos Aires luego de pasar el fin de semana en Santa Cruz, en donde se mostró de muy buen humor con las repercusiones de sus impactantes primeros cinco días al frente de la Casa Rosada. El desafío ahora pasa por ver cómo se puede repetir en esta semana una actividad con el mismo nivel de repercusión. En el sur, Kirchner delineó su agenda: cambios profundos en la cúpula de la Policía Federal y visita relámpago a San Juan, en donde se le adeudan sueldos a estatales y docentes. Pero hay un as en la manga que Kirchner viene preparando con sigilo con el ministro Roberto Lavagna y que podría ser el gran anuncio de la semana: una rebaja en el precio de las naftas.
Todo parece indicar que hay algunos ritos que Kirchner no quiere perder por más que sea el presidente. Uno de esas costumbres es su descanso de los fines de semana en Río Gallegos en compañía de su gente de confianza. Con ellos fue a comer un asado el sábado en la parrilla “La Estancia” y ayer se tomó el habitual vermouth dominguero en el bar del Hotel Santa Cruz, ubicado justo enfrente de la gobernación. Como ya se le hizo costumbre, anduvo sin custodia y saludó a la gente que se le acercó. Que hiciera un frío polar al Presidente patagónico no sólo no le preocupa sino que incluso le puede resultar más simpático que un fin de semana templado como el que se vivió en la Capital Federal.
Kirchner viajó con su mujer, la senadora Cristina Fernández de Kirchner, y con sus hijos Máximo y Florencia. Entre otros, se vio con el gobernador Héctor Icazuriaga y con el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zanini. El flamante jefe del Ejército, general Roberto Bendini, también estuvo en Río Gallegos ordenando su despedida del Regimiento de Infantería local.
En Río Gallegos, el Presidente leyó satisfecho las encuestas en las que la gente se mostró en un 91 por ciento conforme con lo hecho por el Gobierno en su primera semana en tanto que no hubo ni un solo encuestado que lo haya calificado como malo o muy malo. Entre los hechos que la gente evaluó bien estuvo la demostración de autoridad que dio Kirchner al descabezar a la cúpula de las Fuerzas Armadas y el dinamismo que demostró al, por ejemplo, viajar a Entre Ríos para resolver el conflicto docente.
“Kirchner siempre trabajó así, por eso los partidos de la oposición en Santa Cruz nunca le pudieron encontrar un flanco”, explicaba uno de los integrantes de su entorno. También aclaraban que, como es lógico, el Presidente no tenía en sus planes mantener un nivel de actividad tan intensa durante toda su gestión –”poner siempre el cuerpo no es bueno porque también recibís los cachetazos”, analizaban– pero que sería un buen objetivo repetirlo en los próximos días. “¿Quién se acuerda del 22 por ciento o del presidente débil ahora?”, razonaba uno de sus íntimos.
Así que buena parte de su estadía en su provincia Kirchner la dedicó a delinear lo que será su segunda semana como presidente. Tendrá parecidos con la primera. Si de movida se dedicó a relevar la conducción de las Fuerzas Armadas, para las próximas horas tiene a su firma al menos dos propuestas de modificación de la cúpula de la Policía Federal (ver página 3). Kirchner no dio pistas pero en el Gobierno creen que casi todos los comisarios generales en actividad pasarán a retiro en otro de los cambios “generacionales” a los que apunta la nueva gestión.
Y si el viaje a Entre Ríos en compañía del ministro de Educación, Daniel Filmus, le dejó al Presidente buenos réditos, ahora imagina insistir en la misma línea. Por eso, mañana viajaría a San Juan con Filmus para anunciar el pago a docentes de una deuda que mantienen desde el año pasado y que llevó a que la provincia acumulara 83 días sin clases por culpa de los paros. El conflicto provocó el año pasado la caída del gobernador Alfredo Avelín. Este año hay elecciones y el PJ espera recuperar la provincia.
Pero hay una jugada que Kirchner estaría manejando en secreto con Lavagna y tiene que ver con el precio de las naftas, que aumentaron el 87 por ciento desde la devaluación. El sábado venció el acuerdo que elgobierno de Eduardo Duhalde había cerrado con las petroleras, que en su momento congeló la posibilidad de nuevas subas, teniendo como precio fijo el barril de crudo a 28,50 dólares. En el medio, Estados Unidos terminó su invasión a Irak y el precio internacional del crudo se desplomó. Ahora llegó el momento de “descongelar” los precios de los combustibles y Kirchner imagina una rebaja, que rondaría el 4 por ciento.
En el credo “neokeynesiano” que dice profesar el Gobierno, una baja de la nafta podría significar una reactivación del consumo y apuntalaría la reactivación del aparato productivo. No fue posible conseguir detalles sobre si Lavagna apuntaría a la baja de la nafta vía la reducción de algún impuesto o en la negociación directa con las compañías petroleras. “Kirchner es muy prolijo con los números y quiere asegurarse que la rebaja no le creará un agujero en la recaudación. Si está seguro, lo anuncia esta semana”, contó ayer uno de los hombres de su entorno.
A falta de un aumento de salarios, entonces, un remedo al que echaría mano el Gobierno sería la rebaja del combustible que, aunque tiene como beneficiario directo a las capas medias que son las que poseen vehículo, suele redundar en un beneficio de toda la actividad económica. Si lo concreta, es de esperar que Kirchner vea crecer sus porcentajes de imagen positiva pero seguro que creará más expectativas para su próxima semana, la tercera.