A través de la Resolución 1143, el Ejército permitió el ingreso de mujeres al arma de Infantería y de Caballería, que hasta ahora estaban vedadas. La resolución lleva la firma del jefe de la fuerza, el teniente general Luis Pozzi, y se anunció en el Ejército como una decisión “histórica”. Ya en diciembre de 2011 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner había reclamado el acceso de las mujeres, en una ceremonia de egreso de 300 oficiales. En esa intervención subrayó que el ingreso ya estaba habilitado por una modificación establecida por el Ministerio de Defensa. “Es necesario que tengamos la más alta participación de las mujeres sobre todo cuando la comandante en jefe es una mujer”, había dicho la mandataria, a quien le llamó la atención “que no tengamos una mujer general, una brigadier, una almirante. Quizá tengamos una general en poco tiempo. Espero que antes de que termine mi mandato.”

En su página web, el Ejército informó que “el 13 de febrero el Colegio Militar protagonizó un hecho histórico durante la elección de arma por parte de los cadetes de segundo año”. Indicaron que, tras la resolución, 65 mujeres tuvieron la posibilidad de elegir su arma “en iguales condiciones con los hombres”. El resultado fue el siguiente: 11 de ellas eligieron las “armas de combate cercano”, a las que hasta ahora no podían ingresar: 6 de las 11, optaron por Caballería, y las otras 5 por Infantería. El resto se distribuyó entre las demás armas, de modo tal que no quedó ninguna sin presencia femenina. La alternativa quedó además planteada ya para quienes ingresaron este año a la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral. Hasta ahora, las mujeres que buscaban ascender como oficiales dentro del Ejército sólo podían hacerlo en Comunicaciones, Artillería, Ingenieros y en Sanidad. La resolución les permitirá asumir ahora lugares de combate.

En diciembre de 2011, la Presidenta nombró específicamente a las dos armas de combate en su discurso. “Creo que vamos a tener más derechos o iguales derechos que los hombres y tal vez tengamos en un no demasiado largo tiempo una general que pertenezca al arma de Caballería o a la de Infantería”, indicó.

En este momento, las mujeres participan también en la Armada y en la Fuerza Aérea. En 2009, la antropóloga Sabina Frederic, entonces subsecretaria de Formación Militar del Ministerio de Defensa, que conducía Nilda Garré, describió “una tendencia a la feminización de las Fuerzas” Armadas. En ese sentido, indicaba que un 25 por ciento de mujeres entraba en la Armada, un 10 o 12 por ciento en el Ejército y un 20 por ciento en la Fuerza Aérea. Señalaba que ese elemento había modificado “el patrón de relaciones internas”: “Hay dificultades que superar día a día. Es uno de los temas del curso de instructores militares para establecer criterios comunes en las tres fuerzas sobre cómo abordar, por ejemplo, el rechazo de grupos de varones a la presencia de mujeres o al desempeño de mujeres. Hay mujeres que son muy buenas, son mucho mejores que muchos varones, y eso genera dificultades”. El ámbito “muy masculino donde se busca explotar más lo corporal, la destreza, la resistencia” para los oficiales instructores que se encargan de la formación netamente militar “es un tema que tienen que resolver diariamente”.