Daniel Scioli en su encrucijada: el gobernador bonaerense atraviesa el momento más complejo de su proyectada carrera a la Presidencia, y un paso en falso a esta altura del partido puede resultar definitivo. Los sectores del justicialismo disidente que históricamente han abogado para que rompa relaciones con el gobierno nacional redoblaron la apuesta para forzarlo a tomar esa decisión. Sin embargo, él no sólo no se decide a romper con el oficialismo sino que renueva, verbalmente, su compromiso con Cristina Fernández de Kirchner, mientras sus aliados y operadores actúan en el sentido opuesto. Por otra parte, sus fichas en el kirchnerismo parecen haberse agotado. En eso coinciden funcionarios nacionales y dirigentes de Unidos y Organizados: “Olvidate. Si Daniel siempre fue el plan B ahora es el plan Z”, le dijo a Página/12 un referente kirchnerista que fatiga el conurbano.

“Alberto nos sorprendió a todos acá”, confiesa desde La Plata un funcionario sciolista, respecto de las declaraciones que Alberto Fernández hizo el jueves pasado, luego de concretar, oficialmente, el ingreso de su propia agrupación política, Partido por el Trabajo y la Equidad (Parte), a La Juan Domingo, el espacio encabezado por el senador provincial Baldomero “Cacho” Alvarez para propiciar la candidatura de Scioli en 2015. Un día después de asegurar que el gobernador “es un gran candidato” para las próximas elecciones presidenciales, el ex jefe de Gabinete redobló la apuesta y sostuvo que iría a internas contra el kirchnerismo o competiría por afuera del PJ contra el Frente para la Victoria.

Otro Alberto, Pérez, jefe de ministros de la provincia, tuvo que salir raudamente a desmentir y ratificar el compromiso de su jefe con la Presidenta. “Estamos trabajando como siempre, más que nunca, junto al gobierno nacional”, dijo minutos después del bombazo de su tocayo. Cuando se consultan en el entorno sciolista los motivos por los cuales sigue parado en la cornisa entre los dos grupos en pugna, aun poniendo en riesgo su proyecto presidencial, la respuesta es la misma: “Sencillo. Porque él todavía no tomó la decisión”.

Los tiempos, empero, se acortan para el ex motonauta. El sector de la derecha peronista que lo anhela como candidato aprieta las tuercas para forzarlo a tomar la decisión. “No hay otra lectura posible para lo que pasó esta semana”, asumen en la Casa Rosada, en referencia al blanqueo de Alberto Fernández un día después de que se hiciera público un llamativo respaldo del ex presidente interino Eduardo Duhalde, en términos casi idénticos a los utilizados por Fernández.

Es que ese armado, que tiene como epicentro al sindicalista Gerónimo “Momo” Venegas y contactos más o menos orgánicos con un abanico de figuras como José Manuel de la Sota, Hugo Moyano, Alberto Iribarne, Roberto Lavagna, Francisco de Narváez, Julio Bárbaro, Jorge Busti, Mario Das Neves y Felipe Solá, coquetea al mismo tiempo con el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por si Scioli no quiere o no puede decidirse a abandonar el barco kirchnerista.

“Ya está afuera”

En el kirchnerismo el diagnóstico es lapidario: “La hipótesis de Scioli 2015, si existió alguna vez, se acabó hace rato. A lo mejor él termine cerrando para sumar al Frente para la Victoria en octubre, pero será en los términos propuestos por Cristina”, advierte un dirigente oficialista del conurbano. “Daniel ya está afuera. Y acá no lo echó nadie, sino que se fue solito. No podés sacarte una foto con Noble, cenar con Cobos y cerrar con Alberto Fernández y después borrar todo con el codo y un comunicado de prensa”, completan desde Casa Rosada, donde, aseguran, “se veía venir” el acercamiento del justicialismo disidente al gobernador bonaerense.

La incógnita principal es si habrá cismo antes de las elecciones o recién después, con los resultados sobre la mesa. En La Plata perjuran que el gobernador irá por adentro. “Hoy en día no hay otro escenario”, señalan, aunque no puedan explicar en detalle cómo entrarían en ese plan La Juan Domingo y sus flamantes socios, que no pasan el visto bueno de la Casa Rosada para ocupar ningún lugar en las listas. Del otro lado torean: “No importa lo que hagan ellos, hoy el candidato de Cristina, sea el que fuere, le gana a cualquiera, en las primarias o en octubre, con Scioli o sin él”. De una forma u otra, la extensa relación entre el gobernador y la Presidenta parece estar llegando, ahora sí, a su fin. Como dice el poema, “not with a bang, but with a whimper”.