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El proceso que concluirá el próximo 24 de agosto con la designación del nuevo jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quedó formalmente abierto con la inscripción ante la Justicia de las alianzas que participarán de los comicios, en los que también se elegirán diputados nacionales y legisladores locales. El actual titular del Ejecutivo porteño, Aníbal Ibarra, peleará su reelección con el apoyo del presidente Néstor Kirchner, cuyos hombres en el distrito se sumaron a Fuerza Porteña, la coalición que integra también el ARI, el socialismo y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). El principal adversario del ex fiscal, el empresario Mauricio Macri, ratificó su sociedad con los partidos de centroderecha y al cierre de esta edición el PJ porteño tenía prácticamente resuelto respaldar también su candidatura.
Cumplido el trámite de registrarse ante la Justicia Electoral, las alianzas tienen ahora diez días más para definir quiénes serán sus candidatos. Además de jefe de gobierno y vice, los porteños –que deberán votar en segunda vuelta el 14 de setiembre si ningún postulante obtiene la mitad más uno de los sufragios– tendrán que elegir 12 diputados nacionales y 60 legisladores.
Durante esta última semana Ibarra consiguió sumar el apoyo de Kirchner, quien ayer lo invitó para que estuviera presente en la Casa Rosada durante de presentación del Programa Nacional de Educación Solidaria y del relanzamiento del Premio Presidencial Escuelas Solidarias 2003 (ver nota aparte). Ambos volverán a aparecer juntos frente a las cámaras hoy, en la entrega a la Policía Federal de 58 patrulleros comprados por la ciudad. Como ya lo ha hecho en más de una oportunidad, Ibarra también se mostrará durante la campaña de la mano de Elisa Carrió.
A propósito de su acercamiento a Kirchner, el jefe de Gobierno destacó que “en este corto lapso que tiene el Presidente tuvo un gran respeto institucional hacia la ciudad” y también rechazó las críticas de Macri al respecto ya en tono de campaña: “Aunque no le guste, se lo tiene que bancar. Cada uno apoya al que quiera, después la que decide es la gente” y “va a definir qué proyecto quiere: un proyecto privatista sometido a una corporación empresaria para hacer negocios como se han hecho siempre o un espacio que reivindique lo público con lo moderno”.
Teñida de proselitismo estuvo también la visita del candidato de Compromiso para el Cambio al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, para entregarle un proyecto que impulsa una mayor autonomía de la ciudad en materia de seguridad. A nadie le pasó inadvertido que Camaño es uno de los principales referentes duhaldistas y su encuentro con Macri alimentó las especulaciones acerca del apoyo del peronismo bonaerense a su candidatura. Ya la semana pasada, el presidente de Boca fue recibido por el gobernador de la provincia Felipe Solá, y ambos se sacaron una foto que no cayó nada bien en la Casa Rosada.
La visita de Macri a Camaño se produjo, además, en medio de las negociaciones entre sus operadores y los dirigentes del PJ porteño. “Hay más de un 80 por ciento de posibilidades de que llevemos a Macri como candidato”, aseguraban anoche los peronistas. En verdad, ante la ausencia de señales de Ibarra para establecer algún acuerdo la alianza con el empresario aparecía para el PJ –huérfano de candidato desde que Daniel Scioli abandonó la pelea para acompañar a Kirchner en la vicepresidencia– como la única opción para evitar un nuevo papelón electoral en la ciudad.
Patricia Bullrich, por su parte, mantuvo el acuerdo que selló con Ricardo López Murphy y será candidata de Unión para Recrear Buenos Aires, mientras que el radicalismo se presentará solo a la elección con el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Caram, como candidato.
Luis Zamora se presentará por Autodeterminación y Libertad, ya que rechazó la posibilidad de formar una alianza con Izquierda Unida, que por lo tanto llevará por candidata a Vilma Ripoll. El candidato del Partido Obrero será Marcelo Ramal.