La Iglesia llamó a “seguir trabajando con gran empeño para asegurar la plena vigencia de la división de los poderes republicanos”. El planteo, que parece plegarse a las críticas de la oposición a la reforma judicial, fue hecho por los obispos de la Pastoral Social en el documento de cierre de la Semana Social que se realizó en Mar del Plata. Al mismo tiempo, la Comisión Episcopal defendió “la promoción de políticas públicas” como “una nueva forma de opción por nuestros hermanos más pobres y excluidos”.

El encuentro, organizado por la Pastoral Social, tuvo como consigna “Democracia, equidad y desarrollo integral”. Por los paneles del hotel marplatense “13 de julio”, del gremio de Luz y Fuerza, durante el fin de semana pasaron dirigentes políticos y sindicales del oficialismo y la oposición. En ese marco, desde el viernes hasta ayer, participaron el gobernador Daniel Scioli y su par salteño Juan Manuel Urtubey, el presidente de la Cámara Baja, Julián Domínguez y figuras de la oposición como Francisco de Narváez, Ricardo Gil Lavedra, Graciela Camaño y Graciela Ocaña. También Hugo Moyano y Antonio Caló, jefes de la CGT opositora y de la CGT oficialista, aunque en paneles separados.

El documento de la Comisión Episcopal fue leído en la clausura de las actividades. “Recordamos que una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respecto de los derechos del hombre, la asunción de bien común como fin y criterio regulador de la vida política”, señalaron en él los obispos de la Comisión que preside el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano.

“Estamos convencidos de que debemos seguir trabajando con gran empeño para asegurar la plena vigencia de la división de los poderes republicanos en el seno de la democracia, esa democracia que tanto nos ha costado conquistar y que hemos de cuidar cada día, y que aún necesita seguir madurando y fortaleciéndose. Creemos también que la calidad institucional es el camino seguro para lograr la inclusión social a la que tanto aspiramos”, agregaron en la declaración.

Dos párrafos más abajo, los obispos indicaron que en el encuentro “se privilegió el diálogo en pos de la construcción del bien común” y señalaron: “Queremos reafirmar que la promoción de políticas públicas es una nueva forma de opción por nuestros hermanos más pobres y excluidos”.

Los panelistas fueron invitados a hablar de temas sociales con los 30 años de la recuperación de la democracia como trasfondo.La monja Martha Pelloni apuntó que los próximos desafíos “son combatir la droga y mejorar la educación escolar y familiar, para restaurar el pedazo de humanización que perdimos”, mientras que el radical Ricardo Gil Lavedra remarcó que los derechos humanos “sólo son respetados en democracia”.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, marcó que “no es menor que de nosotros haya surgido el primer papa no europeo, que se nutre de la doctrina social de la Iglesia. Eso coincide con un momento histórico: la Argentina empieza a combinar, después de 30 años de democracia, el humanismo social con las libertades y el Estado de derecho”. Domínguez agregó que “la lucha por la justicia social es la razón de ser del Gobierno, que es peronista y se nutre de la doctrina social de la Iglesia católica”, y en esta línea reseñó que “desde hace una década, el 6,7 por ciento del PBI se reorienta a educación, hay nueve universidades nacionales nuevas, tres millones y medio de niños amparados por la AUH, 2,8 millones de jubilados que entraron al sistema previsional y se han creado cinco millones de empleos”.