El fiscal José María Campagnoli, suspendido por pedido de la procuradora general, Alejandra Gils Carbó, se defendió ayer diciendo que “nunca nadie negó los hechos constatados” en su investigación sobre el empresario Lázaro Báez. Campagnoli insistió en que su “único pecado” fue “haber trabajado con libertad e independencia”. En una entrevista publicada en la edición de ayer de Página/12, la secretaria letrada de la Procuración, Andrea Pochak, explicó que la suspensión del fiscal se basa en que “se le imputa violar su deber de investigar”. “Los fiscales son inamovibles pero tienen la obligación de tener un buen desempeño en sus funciones y hay un procedimiento para determinar si un fiscal cometió o no una irregularidad”, sostuvo la funcionaria.