Jueves, 23 de enero de 2014 | Hoy
EL PAíS › LOS DISCURSOS DE LA PRESIDENTA ANTE LOS MILITANTES EN LA CASA ROSADA
Cristina Fernández confirmó que participará de la cumbre de la Celac y desmintió haber solicitado una postergación por cuestiones de salud. Le pidió a la militancia presencia y organización en los barrios para ayudar a que “la sociedad defienda sus derechos”.
Por Julián Bruschtein
Después del discurso oficial, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner fue a saludar a los militantes que se agolparon en los patios interiores de la Casa Rosada. Guardó algunas definiciones que no incluyó en el anuncio del plan Progresar, como la confirmación de su viaje a Cuba para el encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la solicitud de inclusión de Puerto Rico como miembro del organismo internacional. Entre cantitos políticos, la marcha peronista y una fuerte demostración de apoyo, la Presidenta habló en los dos patios desde el primer piso y apuntó contra “las mentiras que se han dicho” sobre su salud, y se acordó nuevamente de las agresiones de la policía municipal de San Isidro a militantes de la agrupación La Cámpora.
“Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”, comenzaron a bramar los integrantes de las agrupaciones kirchneristas apenas vieron a la Presidenta en el balcón de frente al primer patio interno en el que se apelmazaban. “Vengo bancando este proyecto, proyecto nacional y popular. Te digo que en los malos momentos los pibes siempre vamos a estar. Porque Néstor no se fue, lo llevo en el corazón, con la jefa los soldados de Perón”, continuaron cantando.
A continuación, los tramos centrales de los discursos de CFK.
“Decían que yo no iba a ir a la Celac por cuestiones de salud y que pedí la postergación. El problema no es que yo los escuche, es que algunos cazabobos que andan por ahí se lo crean. No hay que enojarse con los que creen una mentira, hay que enojarse con los que dicen mentiras, no con los que se creen las mentiras. Porque el pecado es mentir, el pecado nunca es creer. ¿Saben cuál fue la verdad? Que teníamos la reunión, un fin de semana, en Caracas y al otro fin de semana en La Habana y los que estábamos más al sur teníamos que viajar un fin de semana, a Caracas, volver de Caracas, porque se imaginan si me quedo en el Caribe dicen que estoy de vacaciones. Entonces algunos mandatarios sostuvimos que hiciéramos una detrás de la otra. ¿Pero qué plantearon? Dijeron: ‘No, es por la salud de Cristina’. Porque querían crear una sensación en los argentinos y en ustedes de que yo ya no podía más. La verdad que he tenido algunas dificultades, pero yo quisiera ver cómo estarían algunos si hubieran tenido las mismas dificultades que yo y gobernar un país de 40 millones de argentinos. Vamos a ir a la Celac, se van a tratar importantes temas. Venezuela va a proponer el ingreso de Puerto Rico, de los movimientos independentistas.”
“¡Qué paliza les dieron en San Isidro con la Policía Comunal! ¿Para qué quieren la Policía Comunal algunos? La verdad que cuando vi las imágenes en la red, decía: ¿Y para esto se quieren las policías comunales, para ser policías de seguridad política de los intendentes, guardias pretorianas o van a ser realmente para la comunidad? Las imágenes que vi en la red eran de chicos que las habían tomado con los celulares. Gracias hoy a los celulares la impunidad tiene patas cortas. Siempre me pregunto qué hubiera pasado si hubiera habido celulares en el ’76.”
“Estoy muy feliz de verlos a ustedes y quiero pedirles mucho trabajo, mucha organización, junto a la gente. No basta con ir a un barrio, hay que incorporar a la gente a ese trabajo, que la gente sepa cuáles son sus derechos, sus obligaciones, que también las tienen, pero lo que tenemos que organizar, compañeros y compañeras, si me permiten que les diga, es que la sociedad defienda sus derechos, sus conquistas, pero al mismo tiempo también, que se organicen en su barrio, en su lugar. Esto que hemos incorporado hoy: el programa Progresar es un instrumento, una herramienta, un proyecto de vida, que hay que llevar a cada joven, para que cada joven vaya al colegio, para que cada joven tenga un oficio. No podemos permitir nunca más palos a los pibes, al contrario; a los pibes hay que ayudarlos. Y si alguno se equivoca levantarlo y ayudarlo para que se vuelva a levantar y vuelva a trabajar y a estudiar. Trabajo y educación para los jóvenes, eso es lo que queremos”.
“Cada uno de ustedes tiene que ser un predicador para empoderar a la sociedad de todas y cada una de las cosas que hemos logrado, de estos derechos y que, además, no hay nada más maravilloso que la libertad de poder expresar nuestras ideas sin violencia y que nadie te dé un palo en la cabeza, pese a que hay algunos cavernícolas, algunos trogloditas que todavía subsisten. Cuando nosotros marchábamos, los gestos eran crispados, eran de gente que estaba enojada, había razones para estar enojado, es cierto, pero también había razones para estar felices porque habíamos logrado el retorno de Perón a la patria, había vuelto la democracia.
Lo que veo en esta juventud, a diferencia de aquella diezmada, como le gustaba decir a él, era que esta juventud marcha como le gustaba a Arturo Jauretche, con alegría, se los ve contentos, alegres. Yo nunca vi en una movilización, pese a que muchos de los que marchábamos eran parejas y demás, besarse en una movilización. Y, sin embargo, en las movilizaciones de ustedes, veo a los chicos que están de novios besarse en medio de una movilización, alegre, feliz con sus compañeras, con amor, con esperanza. Hemos construido una juventud sin odios, hemos construido una juventud con amor, con amor por la política, con amor por la paz, con amor por la patria. Otra diferencia de época: en las movilizaciones nuestras no se cantaba el himno nacional como lo cantan ustedes, con alegría y con creación propia, con el pogo, esa creación maravillosa que han hecho.”
“Algunos estaban enojados por las estampillitas hermosas. Fui a mirarlas porque, digo: ¿Qué habrán hecho en el Correo, habrán puesto alguna foto con la cara mía, de Néstor o de Máximo o de Florencia o de alguno de La Cámpora? Yo tengo en mi escritorio unas estampillas de la cara de Perón y de Evita, muy chiquititas, que debo reconocerlo, se ponían en todas y cada una de las cosas que se entregan en la Fundación Eva Perón y en el gobierno. Si yo no hubiera sido peronista en aquella época, me hubiera molestado que hubiera venido con la foto... Me fui a ver las estampillas y las estampillas son colegios, son netbooks, son cosas, son corazones de la diversidad. Entonces digo: debe ser el prejuicio de aquella época, el tabú de aquella época donde estaba la estampillita de Perón y de Evita que decía ‘a nuestros pequeños descamisaditos’. Me imagino si pusiera una cosa así con la cara mía y de Néstor a nuestros pequeños niñitos, creo que me hacen juicio político. Pero también hay que comprender la época, contextualizarlo. Cuando vi las estampillas me parecieron una maravilla de colorido, de arte, que levantan políticas que son de Estado y que estoy absolutamente convencida de que ningún argentino, ningún dirigente, por lo menos de los partidos populares y democráticos, pueden negar”.
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