EL PAíS › EL FRENTE CIVICO FESTEJA SU TRIUNFO EN CATAMARCA Y BARRIONUEVO SE ENFURECE

Empieza la discusión por los legisladores

El triunfador, Eduardo Brizuela del Moral, tiene varios frentes abiertos. El derrotado Luis Barrionuevo –la candidata fue su hermana– duda en denunciar fraude ante la Justicia.

 Por Felipe Yapur

Apenas transcurrieron 24 horas de los comicios y los catamarqueños caminan por las veredas como si nada hubiera sucedido. Encima, ayer fue feriado y la calma que caracteriza a la provincia era mucho mayor. Diferente era el ánimo de los que el domingo participaron en las elecciones. Eduardo Brizuela del Moral, el triunfador, se mostró relajado, pero tiene varios frentes abiertos. Por un lado tendrá que prepararse a conducir una provincia en crisis y dependiente del Estado nacional, pero también tendrá que poner en alerta sus neuronas. A partir de ahora se abre la negociación por los cargos a legisladores nacionales. Según confiaron miembros del actual gabinete, uno de los puestos de senador y un diputado debería ser ocupado por kirchneristas. Luis Barrionuevo, en tanto, tampoco las tiene todas consigo. Destila bronca por la derrota, busca responsables, se siente debilitado y no sabe si embarcarse en la denuncia de fraude electoral, tal como se lo sugieren sus máximos colaboradores.
Para enfrentar los comicios, el Frente Cívico y Social decidió jugar fuerte. Dejó de lado la emergencia económica que le permitía reducir el salario de los empleados públicos. Además comenzó a retirar de circulación los bonos provinciales y pagó los sueldos en efectivo. Así, con una deuda consolidada que significa dos presupuestos provinciales, el actual gobernador Oscar Castillo le deja una pesada herencia al recién electo Brizuela, quien lleva sus ojos al cielo cuando le preguntan cómo piensa efectivizar el cambio, la producción y el empleo que prometió durante la campaña electoral.
La decisión de Castillo no sólo tiene consecuencias económicas y sociales que afectarán directamente a los catamarqueños. También son políticas. Para concretar las medidas –según confirmaron a este diario funcionarios de la actual administración– tuvo que lograr un acercamiento con el gobierno de Néstor Kirchner. Dicho acercamiento no sólo provocó que Catamarca sea más dependiente del Gobierno central sino que además implicó compromisos políticos que ahora deben concretarse. Y éstos se enmarcan en el armado de la boleta de senadores y diputados nacionales que se elegirán en octubre. Un senador y un diputado deberán designar los kirchneristas vernáculos. El problema es que Castillo quiere ser senador y no sabe cómo decirle a la radical Marita Colombo que no podrá renovar su puesto.
Barrionuevo tampoco está para gritar goles a pesar de afirmar que lo único que le importa es el resultado del partido entre Chacarita y Boca Juniors, el próximo domingo. Nadie de los suyos le cree. Camina sin parar por el fondo de su casa. Grita, insulta y maldice a los apoderados del PJ que, según él, no se dieron cuenta de la maniobra que le hizo Castillo al sacar de los padrones a cientos de votantes del PJ. Grita, insulta y maldice a los partidos que integraron el Frente Justicialista porque, “a pesar del dinero que les di”, no movieron un dedo el domingo.
Se sabe derrotado, pero sobre todo debilitado frente al Gobierno nacional, al que no se cansó de cuestionar desde la época en que Eduardo Duhalde decidió apoyar a Kirchner. Quiere irse de la provincia. Ayer argumentaba que debía participar de una reunión de bloque de senadores a la que, curiosamente, suele faltar. Mientras tanto, los pocos colaboradores que le quedan, le insisten con la idea de denunciar las irregularidades ante la Justicia local. “Fraude”, le repiten una y otra vez. Barrionuevo duda. Si presenta la denuncia, quedará como alguien que llora sobre la leche derramada; pero si no lo hace, su liderazgo en el PJ catamarqueño corre el riesgo de estallar, y con él todo el partido. Todavía tiene cinco días para tomar la decisión.
Sus hombres reconocen, obviamente bajo el más estricto off the record, que lo que más le molesta al gastronómico es que Castillo haya sido mucho más inteligente que él. “Le ganó utilizando las mismas artimañas que Luis utiliza en el gremio. Primero lo aduló para enfrentarlo a Ramón Saadi, después lo atacó para que sea senador y le dio dinero a Alicia Saadi para que compita por fuera debilitándolo. En marzo le mojó la oreja y reaccionó con violencia. Al final, Luis fue derrotado y Castillo se va del gobierno como un duque.”

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Graciela Camaño acompañó a su esposo, Luis Barrionuevo.
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