Viernes, 6 de junio de 2014 | Hoy
EL PAíS › MARIO WAINFELD Y LA GARGANTA PODEROSA, DISTINGUIDOS EN LA PLATA
El columnista de Página/12 y la revista de cultura villera recibieron el premio de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata. “No tenemos que sacar a la gente indignada a la calle, sino hacerle la vida mejor”, dijo Wainfeld.
“El deber de quien comunica es, entre otras cosas, hacer mejor la vida de las personas a las que se dirige”, señaló Mario Wainfeld al recibir el premio Rodolfo Walsh, que todos los años entrega la Facultad de Periodismo de La Plata y que ayer tuvo como elegidos al columnista de Página/12 y a la revista La Garganta Poderosa. “Quiero decir que no sólo no tenemos que dedicarnos a basurear a la gente y a sacarla indignada a la calle, sino que tenemos el deber de darles las herramientas para que definan sus propias premisas y tengan su propia visión”, completó el periodista de este diario.
Los premios, que en otras oportunidades fueron otorgados a figuras como los presidentes latinoamericanos Cristina Fernández, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa, y a periodistas como Juan Gelman, Horacio Verbitsky, Tomás Eloy Martínez, Osvaldo Bayer y Eduardo Aliverti, reconocieron la trayectoria de Wainfeld y el aporte a la comunicación popular de La Garganta Poderosa. Fueron propuestos por la agrupación estudiantil Rodolfo Walsh, que conduce el Centro de Estudiantes, y se entregaron como parte de la Semana del Periodista y los 80 años de la casa de estudios.
La decana de la facultad, Florencia Saintout, estuvo ausente con aviso, porque a esa hora estaba firmando, junto a otras universidades, el convenio para desarrollar un sistema público de medición de audiencias (ver página 4). En su lugar representó a la facultad el vicedecano, Carlos Ciappins. La revista participó del acto con una delegación muy numerosa, que compartió el espacio del auditorio con los estudiantes de comunicación. En las primeras filas estuvo además el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Para los que no consiguieron entrar, afuera hubo una pantalla que retransmitió la entrega.
Wainfeld, que destacó el trabajo de la revista no sólo como medio, sino como colectivo político, llamó a “responder la torpeza y brutalidad” del periodismo de los medios dominantes “con calidad y dignidad”. “Vivimos en un momento de audiencias segmentadas, nos escuchan los que nos quieren, pero el deber que tenemos es no darles a los oyentes y lectores sólo aquello que ya saben. Nuestra dignidad es agregar valor a lo que ellos ya tienen”, señaló.
“Quien escribe, quien hace un laburo como el nuestro, no es gran cosa en la sociedad. En principio somos laburantes, tenemos un trabajo, tenemos una función, pero no somos representantes de la sociedad, ni somos su vanguardia. Lo mejor que podemos hacer es darles las herramientas para que ellos definan sus propias premisas y tomen sus propias decisiones. Es decir, darles los medios para que tengan su propia visión. En definitiva, entonces, lo que sí tenemos que hacer es proveer ese servicio hoy y aquí. No sólo no tenemos que dedicarnos a basurear a la gente y sacarla indignada a la calle, sino que tenemos el deber de hacerle la vida mejor. En la modesta, irrisoria proporción en que podemos hacerlo”, concluyó.
Por los estudiantes habló en el panel Felipe Alonso, consejero académico por la agrupación Rodolfo Walsh. “Sabemos que hace un tiempo rechazaron un premio de (Jorge) Fontevecchia”, dijo Alonso a la banda de La Garganta Poderosa, los primeros en recibir la estatuilla, “queremos agradecerles por aceptar éste, más humilde y más honesto”.
La delegación de la revista de cultura villera –que es además expresión de un colectivo formado por quince asambleas y cooperativas– rompió con las previsiones cuando decidió que todos los presentes pasarían al escenario a recibir el premio. Lo hicieron con una gran pancarta en la que se leía “Todas las villas somos Luciano” (Arruga). “Para nosotros la revista es una posibilidad de empezar a exigir respuestas. Nosotros hicimos la revista con un fin, que es la vida de digna de nuestros barrios”, señaló uno de los que hablaron como portavoces del grupo, quien explicó que junto a la Corriente Villera Independiente se encuentran haciendo una huelga de hambre al lado del Obelisco desde hace 47 días, sin respuestas del Gobierno de la Ciudad. “Necesitamos que se ponga de manifiesto cuál es la necesidad de nuestros barrios, porque no podemos seguir viviendo como vivimos, inundándonos todos los días. Necesitamos la urbanización. No decimos cuatro paredes y un techo, estamos hablando del derecho a la vida, de que no se nos muera Kevin porque vivía en un pasillo de un metro de ancho, ni que se nos muera Rodrigo sin que ninguno de ustedes se haya enterado porque los medios ya habían agotado la porción que reservan para la información sobre los pobres en el barrio Fátima, ni que se nos muera Facundo en la Villa 21 porque se cayó un árbol arriba del techo de chapa. Para nosotros la revista es una posibilidad de empezar a exigir respuestas. Por eso nos sentimos recontra agradecidos de recibir este premio que nos queda gigante, pero también queremos decir que si el premio Rodolfo Walsh es un premio a los huevos de los que enfrentan las balas del poder, a este premio lo debería recibir Luciano Arruga, que se negó a robar para la policía”.
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