EL PAíS
El domingo próximo, voto cantado en Santa Cruz
Las elecciones en la provincia K no dejan lugar a sorpresas: Acevedo ganará, la oposición –radicales unidos a menemistas– se inmolará y el pequeño riesgo del intendente ya pasó.
› Por José Natanson
La elección del domingo que viene quizá sea la más cantada de la historia de Santa Cruz, una provincia chica, rica y manejada por joystick desde la Casa Rosada. La victoria de Sergio Acevedo es tan previsible que la curiosa alianza opositora entre radicales y menemistas tuvo que buscar mucho hasta encontrar un candidato dispuesto a inmolarse frente al protegido del Presidente. En la provincia más K del país, la única duda era la intendencia de Río Gallegos, que por un momento estuvo en peligro pero que –Kirchner mediante– finalmente quedará también para el peronismo.
Ex legislador provincial, Acevedo fue intendente de Pico Truncado, diputado nacional, vicegobernador de Kirchner y finalmente jefe de la SIDE. Es una figura respetada en Santa Cruz, incluso por la oposición, que le reconoce un estilo abierto y dialoguista. Muchos recuerdan los enfrentamientos a propósito de la reforma de la Constitución provincial entre Acevedo –en ese entonces titular de la Legislatura– y el actual secretario legal y técnico, Carlos Zanini. “Con Acevedo se podía hablar”, aseguran hoy los opositores santacruceños.
La oposición luce resignada. Su candidato a gobernador es el ex diputado radical Alfredo Martínez, un hombre con cierto prestigio en la provincia, que estaba semirretirado y que se negó hasta último momento a aceptar la postulación. Para sumar fuerzas, la UCR se alió con el ex gobernador Arturo Puricelli, que en las presidenciales de abril respaldó a Carlos Menem.
Puricelli se presenta como primer candidato a diputado, aunque es casi imposible que consiga los votos –alrededor de un 35 por ciento, dependiendo de cuánto obtenga la mayoría– para ingresar al Congreso.
En Santa Cruz no hay encuestas, básicamente porque todos coinciden en que Acevedo triunfará por un margen arrasador. Tampoco hay mucha campaña. Sólo de tanto en tanto el jefe de la SIDE se hace un lugar en la agenda para recorrer los helados pueblos santacruceños. Sin mucha emoción, la campaña sólo se mueve cuando aparece Kirchner.
El viernes, el Presidente recorrió Chubut, para respaldar a Mario Das Neves, y también Santa Cruz, donde formuló algunos anuncios: el gasoducto Las Heras-Los Antiguos; obras por 130 millones de pesos en Caleta Olivia, que incluyen la ampliación del puerto local y la realización de viviendas; el llamado a licitación de la ruta provincia 40 en el tramo Perito Moreno-Bajo Caracoles, en el departamento Las Heras, y la inauguración de la planta pesquera Copromar.
Golpeado y sin esperanzas, el radicalismo-menemismo hace malabares para no cuestionar al Presidente, que el 27 de abril obtuvo el 78,75 por ciento de los votos. Todos, incluso los opositores, coinciden en que el domingo que viene Acevedo se acercará al 70 por ciento.
En un contexto complicadísimo, de derrota asegurada, la oposición tuvo por un momento un destello de esperanza. Fue en Río Gallegos, y fue sólo un momento. El intendente tuvo que renunciar por una serie de desmanejos administrativos. Tan mala fue la gestión, que el propio Kirchner se vio obligado a pedirle la renuncia. En aquel momento, algunas encuestas señalaron que el radicalismo podía recuperar el control de la capital provincial.
Asumió el titular del Concejo Deliberante, el peronista Juan Carlos Villafañe. Reordenó la gestión, recuperó algo del tiempo perdido y ahora es el favorito para retener la intendencia. En Santa Cruz las elecciones municipales se dirimen por Ley de Lemas, por lo que Villafañe recoge la adhesión a otros candidatos, todos kirchneristas, entre quienes se encuentra Francisco Mansilla, amigo de la infancia y dueño del famoso taller mecánico donde el Presidente suele almorzar asados con un grupo de compañeros de militancia.
Aunque todo indica que los lemas del peronismo se impondrán con comodidad, Kirchner dedicó la mañana de ayer a Río Gallegos. Acompañadopor los ministros Ginés González García, Alicia Kir-
chner y Julio De Vido, el Presidente anunció una serie de obras e inversiones: un convenio para construir mil viviendas en la ciudad, la inauguración de la Colectora Principal Cloacal, obras de pavimentación, estudios para la interconexión energética entre Pico Truncado y Río Gallegos y la entrega por parte de la Nación de un mamógrafo al hospital local.
A primera vista quizá resulte curioso el esfuerzo del Presidente en Santa Cruz, una provincia con menos de 200 mil habitantes, la tasa de desempleo más baja del país y donde su figura es algo así como una mezcla de Maradona y Perón. Pero, aunque las elecciones parecen aseguradas, se sabe que a Kirchner no le gusta correr ningún riesgo. “Es un hombre con mucho apego a su tierra”, lo justificó ayer el actual gobernador, Héctor Icazuriaga.
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