EL PAíS › LA DECLARACION DEL CURA ACUSADO DE REPRESOR
El cinismo de Von Wernich
Por Victoria Ginzberg
El sacerdote Christian Federico Von Wernich reconoció haber visitado centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar. Sólo que él los llamó “cárceles”. El ex capellán de la Policía Bonaerense, acusado por su participación en los delitos de privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio calificado, fue interrogado por segundo día consecutivo por el juez platense Arnaldo Corazza y pidió ser careado con sus víctimas.
Von Wernich se entregó ante Corazza el jueves, después de estar prófugo durante seis días. El juez había ordenado su arresto ante un pedido de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Plata. El organismo reclamó la detención luego de que la Cámara de Apelaciones de esa ciudad confirmara la competencia de Corazza para llevar adelante la denuncia contra el cura hecha por el fiscal Félix Crous en febrero.
El sacerdote ingresó ayer en los tribunales platenses poco después de las ocho y media de la mañana y salió esposado cerca del mediodía, rumbo a la Unidad de Investigaciones Antiterroristas de la Policía Federal.
Corazza y el fiscal Marcelo Molina continuaron durante ese lapso con el interrogatorio que comenzaron el jueves. En su declaración, el sacerdote reconoció haber estado en centros clandestinos de detención durante la última dictadura pero se escudó en el “secreto confesional” para dar detalles sobre los hechos por los que fue interpelado. Habló de “cárceles” y aseguró que ayudó a sacar del país a tres personas. “Los acompañé hasta el preembarque”, afirmó sobre Domingo Moncalvillo, María del Carmen Morettini y Cecilia Idiart. Pero los tres están desaparecidos.
El policía Julio Emmed relató en la Conadep (Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas) que él, el cura y el médico Jorge Bergés participaron de una comisión policial que supuestamente iba a llevar a los detenidos hasta un barco que los llevaría a Uruguay pero que los terminó asesinando. “El cura Von Wernich me habló de una forma especial por la impresión que me había causado lo ocurrido. Me dijo que lo que habíamos hecho era necesario, que era un acto patriótico y que Dios sabía que era para bien del país”, aseguró Emmed.
El jueves, Von Wernich reconoció que en la Brigada de Investigaciones de La Plata bautizó a la hija de Liliana Galarza, que nació en ese centro clandestino. De la ceremonia participaron el ex jefe de la bonaerense Ramón Camps y el comisario Miguel Etchecolatz. La niña fue entregada a sus abuelos cuando tenía seis meses pero su madre continúa desaparecida. El ex capellán también está involucrado en la apropiación de la hija de Elena de la Cuadra y Héctor Baratti.
El sacerdote le preguntó ayer al juez Corazza cómo había que hacer para solicitar un careo con los sobrevivientes que lo señalaron como partícipe en torturas y asesinatos, en especial con Luis Velasco.
Velasco narró ante la Cámara Federal de La Plata, en el Juicio por la Verdad, que el sacerdote mantenía “largas charlas” con los detenidos. “Afirmó que nosotros debíamos pagar por lo que habíamos hecho”, dijo Velasco.
Los relatos de los sobrevivientes ubican a Von Wernich en los campos que funcionaron en la comisaría 5ª, la Brigada de Investigaciones, Pozo de Quilmes y Puesto Vasco.
“El imputado desplegó una actividad voluntaria y consciente, dirigida a quebrar la voluntad de las víctimas, obtener información, procurar el silencio de las víctimas y sus familiares, desalentarlos de que buscaran ayuda, y con ello asegurar los fines perseguidos por la dictadura y la impunidad de él y sus cómplices”, sostuvo el fiscal Crous en la denuncia.
Al ordenar la detención del sacerdote, el juez declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y señaló que los crímenes por los que está acusado “repugnan la conciencia universal”.