Martes, 3 de febrero de 2015 | Hoy
EL PAíS › LA INVESTIGACIóN DE LA FISCAL AVANZA BAJO MUCHA PRESIóN
La fiscal Viviana Fein pidió a la ex mujer de Nisman y al abogado de Lagomarsino que designen peritos de parte para poder avanzar. También desmintió que hubiera existido un borrador de la denuncia.
Por Raúl Kollmann
La fiscal Viviana Fein se concentró ayer en tres aspectos de la causa por la muerte de Alberto Nisman. La primera –muy llamativa– es que hizo una tácita intimación a la ex esposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, para que designe peritos. Quiso defenderse así de ciertas críticas por la lentitud con la que avanza el expediente. En segundo lugar, Fein apuntó a desmentir al diario Clarín, que había afirmado el domingo que la Policía Federal encontró un borrador de la denuncia de Nisman en un tacho de basura. La fiscal lo negó en forma terminante (ver página 4). Por último, Fein dedicó una parte del día a supervisar la observación de las cámaras de seguridad de Le Parc. Necesita chequear cuanto antes los horarios de entradas y salidas de Diego Lagomarsino.
Cerca del mediodía, la fiscal Fein dio a conocer su sexto comunicado. El texto encierra un sutil reclamo a Arroyo Salgado y al defensor de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, para que designen peritos, y da a entender que eso demora el expediente. “La Fiscalía libró cédulas a la querella y la defensa a fin de que designen en el menor tiempo posible peritos de parte para ordenar a la División de Apoyo Tecnológico de la Policía Federal que se inicien los análisis de todos los dispositivos electrónicos (celulares, tablets, etc.) secuestrados en la vivienda del fiscal Alberto Nisman.”
Se trata de estudios de importancia y está claro que se van a hacer sobre los celulares y computadoras del fiscal, pero también sobre el celular que se le secuestró a Lagomarsino cuando fue a declarar el 19 de enero, al día siguiente de la muerte de Nisman.
A esta altura de la causa judicial, Fein parece tener bastante configurado que Nisman se disparó a sí mismo: por la distancia del disparo, el ADN, la ausencia de lesiones defensivas y la inexistencia de rastros de pelea en el baño. Ahora está obligada a investigar si hubo presiones o una instigación al suicidio. Para ahondar en esa hipótesis, necesariamente tiene que avanzar en lo ocurrido el día previo a la muerte del fiscal y también en las circunstancias del regreso precipitado –dicho por él mismo– desde Europa.
Para echar una mirada sobre el clima que envolvió a Nisman el viernes 17, sábado 18 y el domingo 19, día en que se produjo la muerte, así como antes del viaje Madrid-Buenos Aires, parece esencial el análisis de las computadoras y celulares. Aunque los especialistas creen que si intervinieron los servicios de Inteligencia en crear el clima del desenlace, es poco probable que lo hayan hecho mediante llamadas a celulares, mensajes de texto o cualquier comunicación que deje rastros muy evidentes. De todas maneras, no se descarta que allí pueda haber cartas o mensajes.
Ayer Fein quiso dejar en claro que no puede iniciar la revisión de los dispositivos electrónicos sin que estén los representantes de Arroyo Salgado y de Lagomarsino. Su argumento es que de esa forma se evitan nulidades y cuestionamientos.
Pero al emitir el comunicado, Fein hizo público que cierta demora que le atribuyen no es por su culpa, sino porque hay tardanza de las partes. La fiscal podría haber mantenido en reserva el pedido de peritos a la querella y a la defensa, pero fue su voluntad que se conociera, algo que se parece bastante a un reclamo a Arroyo Salgado y Rusconi.
En su comunicado de ayer, Fein hizo referencia a dos aspectos que tienen que ver con el arma y el disparo que mató a Nisman.
En primer lugar, le tomó una ampliatoria de la declaración al perito que trabajó en lo que hoy la fiscal da por probado: que el disparo salió de la Bersa 62, calibre 22, propiedad de Lagomarsino; que la vaina encontrada en el baño se corresponde con esa pistola y que el plomo extraído de la cabeza de Nisman se corresponde con la vaina. Esa pericia se concluyó el viernes pasado y la fiscal quiso redondear los detalles del estudio.
En segundo lugar, Fein anunció que se hará una especie de contraprueba del barrido electrónico de la mano de Nisman. Aquel estudio dio negativo, es decir que no se encontraron rastros de fulminante. La contraprueba se hará en “el Laboratorio Regional NOA, dependiente del Cuerpo de Investigaciones de Fiscales del Ministerio Público Fiscal de la Provincia de Salta, que cuenta con el equipo Zeiss 6 de última tecnología”, según escribió la fiscal en el comunicado. Se trata de aparatos comprados en un plan de reequipamiento financiado por el gobierno nacional.
Esta pericia requiere de algunos movimientos delicados, entre otros, llevar el arma y los proyectiles que estaban en el cargador a Salta.
Fein está a la espera, hoy o mañana, de los dos estudios complementarios de la autopsia: la toxicología y la anatomopatología. Lo que se busca saber es si a Nisman le dieron una sustancia para dormirlo y si hay algún elemento anormal en su cuerpo o en el orificio del balazo.
Con esos estudios se hará el informe final de la autopsia. Como se sabe, Arroyo Salgado dio por buenos los trabajos que hicieron Fernando Trezza y Héctor Di Salvo bajo la supervisión del decano Luis María Godoy, todos dependientes de la Corte Suprema. Por eso se entregó el cuerpo y se concretó el entierro. Igualmente, la ex esposa puede cuestionar las conclusiones.
Según trascendió, buena parte del día Fein lo dedicó a supervisar la visualización de las cámaras de seguridad de Le Parc. Las imágenes se terminaron de copiar el viernes y hoy se empezaban a mirar en detalle.
Hay dos puntos nodales:
Verificar los ingresos y egresos de Lagomarsino. Algunos dicen que la fiscal no descarta imputarle instigación al suicidio. De hecho, lo dio a entender en un comunicado anterior en el que dijo que la acusación era por prestar el arma, pero que estaba estudiando “si se amplía la imputación”. A primera vista no parece que el técnico informático haya tenido relación con la muerte del fiscal, pero Fein quiere estar segura. Y el punto central es probar en qué horarios entró y salió Lagomarsino, supuestamente dos veces, en la tarde anterior a la muerte del fiscal.
El segundo objetivo de la visualización es percibir si entró o no alguien sospechoso en el edificio. Está claro que la fiscal tendrá que poner un ojo en la totalidad de las personas extrañas a Le Parc que estuvieron en la torre el día domingo 18.
Gran parte de los estudios, peritajes, testimonios y visualizaciones deberían estar terminados esta semana. Se supone que Fein y la jueza Fabiana Palmaghini tendrán que tener un cuadro bastante definitivo cuando se cumplan 20 días de la muerte del fiscal.
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