Lunes, 2 de marzo de 2015 | Hoy
EL PAíS › CON EL RESPALDO DE UNA GIGANTESCA MOVILIZACIóN, CFK INAUGURó LAS SESIONES CON EL ANUNCIO DE LA ESTATIZACIóN DE LOS FERROCARRILES
Fue su último discurso ante la Asamblea Legislativa. Anunció tres proyectos para la producción industrial y el de estatización de los trenes. Destacó los logros de su gestión y advirtió a quienes imaginen derogarlos.
Por Fernando Cibeira
En su último discurso de apertura de sesiones ordinarias en el Congreso, la presidenta Cristina Kirchner hizo un detallado repaso de los logros de su gestión que, enfatizó, dejará un país mucho mejor a quien la suceda en el cargo. El mensaje, que superó las tres horas y media y fue seguido por una multitud que concurrió en apoyo a las afueras del Congreso, incluyó algunos anuncios. El más importante, el envío de un proyecto de ley para la recuperación para el Estado de los ferrocarriles. Fue enfática en la defensa de lo actuado por su gestión en la causa AMIA y renovó las críticas al Poder Judicial y a la oposición por utilizar el caso (ver página 2). Para el cierre, utilizó el comentario de un diario de ayer que aseguraba que dejaría un país poco cómodo para quien gobierne luego. “Es verdad, no será un país cómodo para los dirigentes, dejo un país cómodo para la gente. Va a ser incómodo, sobre todo, si piensan sacarle los derechos adquiridos a la gente”, definió.
Desde temprano la gente fue llegando a la Plaza del Congreso, centro de la convocatoria de los partidos, agrupaciones, gremios y organismos enrolados en el oficialismo. Gran parte lo hizo detrás de la bandera de su agrupación, pero también hubo muchas personas que se movilizaron por las suyas. La llovizna que se largó a poco de empezar no modificó el tamaño de la convocatoria, calculada por los organizadores en 400 mil personas. La multitud siguió con llamativa atención el discurso de la Presidenta pese a lo largo y, en un tramo, farragoso del mensaje, con muchos datos y cifras.
A las 12 en punto el helicóptero que traía a la Presidenta aterrizó en el helipuerto de la Casa Rosada. Era la hora indicada, así que cubrió bastante rápido el tramo hasta el Congreso en un auto gris saludando por la ventanilla a los militantes que la esperaban a lo largo de Rivadavia pegados a las vallas. Una guardia de granaderos la acompañó hasta la entrada al Congreso, donde la esperaban el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, y el de la Cámara de Senadores, Gerardo Zamora. Como es tradición, también estaban los representantes de la oposición. Al ingresar al recinto, la recibieron los cantitos de los militantes desde los palcos del último piso. Si un comentario obligado de la marcha opositora del 18F fue la escasa presencia de jóvenes, en la de ayer, tanto dentro del recinto como afuera en la plaza, el rasgo distintivo fue la abrumadora mayoría juvenil. En definitiva, una característica del kirchnerismo.
Cristina Kirchner arrancó de lleno en la cuestión económica con la mención de un tuit del especialista del diario Financial Times, Joseph Cotterill, quien había destacado que por primera vez los bonos argentinos cotizaban sobre la par, más de 100 por cada 100 pesos nominales. Lo celebró con una felicitación “a todos los argentinos y al equipo económico de mi gobierno”. Recordó que hasta hacía poco se auguraban “catástrofes” para la economía argentina por el conflicto con los fondos buitre “que intentaron trabar el funcionamiento del Gobierno”. “Lo que es más triste, apoyados internamente, ayudados por algunos desde adentro”, azuzó.
La Presidenta desgranó datos sobre la política de desendeudamiento. Habló de un informe de la consultora McKinsay que reveló que Argentina “es el único país en el mundo que ha descendido en forma significativa su deuda externa”. Apuntó que desde 2003 hasta ahora se pagaron más de 112 mil millones de dólares –“de una deuda que no había sido contraída por ninguno de nuestros dos gobiernos”– y que pese a las “nueve corridas financieras” las reservas del Banco Central se encontraban el viernes en 31.456 millones de dólares.
“Hemos desendeudado definitivamente a la República Argentina”, dijo, afirmación que provocó el primer aplauso de pie de la bancada de Frente para la Victoria. “¡Patria sí, colonia no!”, fue el cantito que bajó de los palcos, menos concurridos que otros años debido a que se repartieron menos invitaciones y hubo controles más estrictos para el ingreso. “Que no haya nunca más gobiernos que tengan que tomar deuda para pagar deuda. Si nos endeudamos, que sea para obras de infraestructura, para proyectos de crecimiento del país, pero no para ganancia del sector financiero internacional”, reclamó.
El director de la transmisión oficial se mostró muy atento para ponchar la imagen del encargado del área de gobierno al que hacía referencia la Presidenta. En el caso de la deuda, el ministro de Economía, Axel Kicillof, de los más mencionados por CFK. Hasta se ligó un pequeño reto cuando en un momento lo encontró distraído para darle una respuesta inmediata sobre el programa de Precios Cuidados. “Néstor nunca estaba distraído”, recordó, en una de las menciones al ex presidente. Cuando habló de Aerolíneas Argentinas la imagen encontró a su presidente, Mariano Recalde, en un palco. Incluso también halló luego a algunos medio escondidos detrás de un cortinado, como el titular de YPF, Miguel Galuccio, y el de la Afsca, Martín Sabbatella.
“Estamos todos sorprendidos porque se batieron todos los records de turismo interno”, destacó Cristina Kirchner, dato que ubicó en un marco de mejoría económica general. “Cuando la gente tiene miedo no gasta”, explicó. En ese fenómeno colocó también el aporte que produjo la recuperación de Aerolíneas Argentinas, “que permitió a muchos argentinos y extranjeros alcanzar todos los destinos del país”. Informó que la demanda de recursos para sostener la aerolínea de bandera bajó del 0,15 por ciento del PBI a un actual 0,06 por ciento (ver página 11).
Un tramo central del mensaje de la Presidenta estuvo dedicado a los logros de su gobierno, que en varios casos significó un repaso de anteriores mensajes. Por ejemplo, la generación de 6 millones de puestos de trabajo y “el salario mínimo más alto de América latina”. Otro aplauso fue cuando felicitó a los legisladores por las 48 leyes laborales aprobadas durante su mandato “y no tuvieron que avergonzarse de ninguna”. Repasó los 25 aumentos de jubilación realizados desde 2003 y del 100 por ciento de cobertura jubilatoria alcanzada. Recordó los planes de Asignación Universal por Hijo, Progresar, Conectar Igualdad, Pro.Cre.Ar, Ahora 12 y destacó la inversión social de la Anses. En ese punto recordó la estatización de las AFJP. “Una de las políticas que no nos perdonan los poderosos”, dijo.
Como es habitual, la Presidenta aprovechó la oportunidad para anunciar el envío al Congreso de algunos proyectos de ley. Tres de ellos están relacionados con la producción industrial: ley de modelos y diseños industriales, de Parques Industriales y sobre el pagaré bursátil (ver página 10). Recordó que el 1º de marzo era el Día del Ferroviario, en recuerdo a la estatización de los ferrocarriles dispuesta por Perón. Eso dio pie al principal anuncio del mensaje: el envío de un proyecto de ley para la recuperación de la administración de los ferrocarriles argentinos. La Presidenta aclaró que no la motivaba un afán estatizador, sino que simplemente se trataba de “mejorar la eficiencia” (ver página 11).
Fue una de las contadas ocasiones en que ayer la aplaudieron algunos legisladores de la oposición. Mantuvo un divertido cruce con el jefe de diputados del PRO, Federico Pinedo, a quien le recordó aquellas declaraciones del jefe de Gobierno Mauricio Macri en las que aseguró coincidir ciento por ciento con las banderas del peronismo. “Preparate para votar la estatización de los trenes, entonces”, le dijo. Pinedo le respondió haciendo la “v”.
CFK destacó la puesta en marcha de la central Atucha II, el lanzamiento del satélite Arsat-1 y los que le seguirán. “La inversión en infraestructura no tiene parangón”, marcó, y confirmó la llegada del primer desembolso desde China para las centrales patagónicas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. “Hay que abrir la cabeza, estamos en un mundo totalmente diferente del que era seis años atrás”, dijo la Presidenta para defender los acuerdos firmados durante su reciente viaje a Beijing, cuestionados por un sector de los industriales y de la oposición. “Salgan del corset intelectual que les han metido”, reclamó.
De la lectura rápida de los diarios de la mañana, la Presidenta dijo que le había quedado un comentario acerca de que no le dejaría un país cómodo a su sucesor. “‘Tiene razón’, pensé. Yo no dejo un país cómodo para los dirigentes, dejo un país cómodo para la gente. Va a ser muy incómodo si piensan recortar derechos”, dijo. Comenzó a imaginar los problemas que tendría quien la continuara si pensaba derogar, por ejemplo, los dos aumentos jubilatorios anuales o las convenciones colectivas. La enumeración llevó a ponerse de pie a los legisladores oficialistas y a cantar a la barra del tercer piso. En vez de papelitos, esta vez para la despedida cayeron pétalos de rosa. Habían pasado 3 horas y 40 minutos, la gente de afuera se merecía largamente que la Presidenta saliera a saludarlos.
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