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La declaración de Sara Garfunkel, madre de Alberto Nisman –prevista para las 10 de hoy–, plantea numerosos interrogantes y tal vez surjan algunas respuestas sobre la muerte del fiscal. Garfunkel fue la primera –junto al custodio Armando Niz– que entró al departamento de Le Parc y encontró a Nisman sin vida. Es probable que aporte elementos sobre la escena original, aunque habrá que tener cuidado porque la causa ya es escenario de tremendos cruces de intereses. Hay, además, una serie de enigmas sobre lo que sacó de las cajas fuertes –habría vaciado cuatro– y con la cuenta en el Merrill Lynch de Nueva York.

Escena: El custodio Niz contó que el cerrajero les abrió la puerta de la cocina y que entraron al departamento por allí. Buscaron en el living, fueron hasta el dormitorio y allí Garfunkel le hizo notar: “Hay luz en el baño”. Según Niz, vieron el cuerpo del fiscal por una pequeña abertura de la puerta y por el lado de la bisagra, pero no entraron porque el cuerpo de Nisman lo impedía. Una foto posterior de la Policía Federal muestra que, efectivamente, la puerta estaba casi cerrada, un elemento más que sustentaría la hipótesis del suicidio, ya que no había espacio para salir después de la muerte. Es un dato importante, aunque no definitivo.

¿Faltantes?: Es muy probable que Fein le pregunte mañana a Garfunkel sobre las dos primeras horas después del hallazgo del cuerpo. Fue el tiempo que tardaron la fiscal y el juez Manuel De Campos en llegar al lugar. Buena parte de ese lapso, Garfunkel estuvo sola –acompañada por una amiga– en el departamento, ya que los custodios bajaron a la planta baja porque no tenían señal de celular. La madre de Nisman tomó el manojo de llaves que estaba puesto en la puerta principal, del lado de adentro, y se lo quedó sin decir nada. Quienes la vieron en aquellos momentos se quedaron con la impresión de que hizo una revisión de las cosas que había en el departamento, pero nadie sabe si se llevó otras cosas.

Cajas: Nisman tenía cuatro cajas de seguridad: la del departamento de Le Parc, dos en el Banco Ciudad y una en una entidad privada. Garfunkel vació, como mínimo, tres de ellas y no está del todo claro si accedió a la del departamento. La fiscalía abrió esta última, pero nadie sabe si alguien –tal vez Garfunkel– le habría ganado de mano. No hay ningún dato que indique que en las cajas había algo que sirva para explicar la muerte del fiscal. Fue la ex esposa de Nisman, Sandra Arroyo Salgado, la que introdujo el móvil económico en la escena: dijo que a Nisman lo pudieron haber matado por un conflicto de dinero.

Cuenta: Arroyo Salgado fue también la primera en hablar de la cuenta en el Merrill Lynch a nombre de Sandra Nisman (hermana del fiscal), Sara Garfunkel y Diego Lagomarsino. Arroyo Salgado contó que la hermana de Nisman llamó al banco en Estados Unidos, pero que no tenía la clave, por lo que la empleada le dijo que consultara con Lagomarsino que figuraba como cotitular. Es improbable que una empleada bancaria le cuente a una persona virtualmente desconocida quién figura como cotitular. Cuando declaró, Sandra Nisman dijo que llamó a Nueva York desde un locutorio, pero que no se acordaba desde cuál locutorio había hecho la llamada.

Armonía: En las últimas semanas circuló la versión de que Garfunkel no ve con buenos ojos lo que está haciendo Arroyo Salgado, incluyendo las revelaciones sobre la cuenta y la pelea por sacar a Fein del expediente. Por ahora forman una sola querella y no se diferencian. Hoy, con la declaración de Garfunkel, se podrá percibir si hay armonía o distancia.

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