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Por Diego Schurman *

Lealtades
Néstor Kirchner estuvo con su par brasileño, Inácio Lula da Silva, en el imponente Calafate. Eduardo Duhalde con su mujer Chiche, disfrutando del otoño europeo. Y Carlos Menem en La Rioja, en un acto con su gente. En fin, no hubo demasiadas sorpresas en el Día de la Lealtad Peronista, el pasado viernes 17 de octubre. Salvo la confesión que acercó un incontrastable dirigente menemista: la existencia de una afectuosa comunicación telefónica entre el ex presidente y la rea María Julia Alsogaray, detenida en la sede de Delitos Complejos por peculado.

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La casa está en orden
Como cualquier hiperkinético que se precie, Néstor Kirchner satura su agenda. Y, muy a su pesar, en la sala de espera de Casa Rosada se amontonan sus invitados. Por eso buscó rápidamente la manera de recuperar la discreción y evitar que sus agasajados se crucen. Fue entonces que dispuso la ampliación de la “zona presidencial”, que no se tradujo en una reforma edilicia sino en la apropiación de la oficina vecina, hasta hace pocos días ocupada por Juan Carlos “Chueco” Mazzón. Su secretario privado, quien ya le había ofrecido motus proprio mudarse de lugar, ahora tiene cuarto “un poquito más allá”.

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Movilidad social ascendente
Con esmero, tapó la vista de su mansión de Concordia con frondosa vegetación. Pero lo que no pudo tapar el justicialista Augusto Alasino es la boca de la plantilla que le colocó el piso a su mansión, valuada en 700 mil pesos. Varios años después de cumplir sus tareas, los muchachos siguen sin salir de su asombro por la generosidad del ex senador entrerriano, quien –así reptien por estos días– les dejó 700 pesos de propina.
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Un cacho de cultura
Se llamará Plan Nacional de Lectura. Y propone garantizar el acceso de la gente a los libros. La idea la impulsa el ministro de Educación, Daniel Filmus, y cuenta con el aval del presidente Néstor Kirchner. Pero lo curioso es la modalidad del lanzamiento. Con acuerdo de los clubes de fútbol, el próximo domingo se repartirán libros en la puerta de los estadios. La incógnita es si lograrán transformar a las barras bravas en ávidos lectores, o si éstos transformarán los textos en serpentina, por no decir en originales proyectiles.

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Pregunta conspirativa
¿Por qué, el viernes por la tarde, el intendente electo de Córdoba, Luis Juez, un cruzado contra la corrupción, telefoneó al ex secretario general de la Presidencia de Carlos Menem, Alberto Kohan?
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Perro que ladra...
Aníbal Fernández fue uno de los hombres de Néstor Kirchner en testear la evolución del conflicto en Jujuy, tras las muertes de dos piqueteros. Y no tuvo mejor idea que telefonear a Carlos “Perro” Santillán, histórico referente de la Corriente Clasista Combativa en los ‘90. Pero, contrariamente a lo que esperaba, el ministro del Interior terminó la conversación más inquieto de lo que la había iniciado. “Yo acá no manejo nada y esto se puede desbordar”, había escuchado de boca del sindicalista.

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“Clases”
Para todo fóbico a los aviones, volar en sí mismo ya es una tortura. Pero, como si fuera poco, al retornar de Ushuaia, Daniel Filmus debió aguantar sus propias rodillas de moño. Tímido al fin, no atinó a elevar una queja por el diminuto espacio que laclase turista ofrecía entre butaca y butaca. Y la bronca del ministro de Educación fue doble cuando comprobó que su par de Tierra del Fuego, María Angélica Santoro, junto al gobernador menemista Carlos Manfredotti, estiraban sus piernas y se deleitaban con los manjares con los otros pasajeros de primera.

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Lo primero es la familia
Se llama Nelly Candiotti. Tiene 76 años. Y el Heraldo de Concordia la transformó en un orgullo local, colocándola en la tapa de la edición del 6 de septiembre. La aduladora nota la sitúa como un “ejemplo para la democracia”, destaca “su entereza y su fuerza de voluntad” y la considera como “un pedazo de historia del peronismo”. La pregunta es si Nelly, una ignota para la mayoría de los mortales argentinos, hubiese logrado tantos elogios de no haber sido la tía de Miguel Núñez, el vocero de Néstor Kirchner.

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Sólo se trata de vivir
Unos optan por la imagen familiar. Otros por los retratos de Evita y Perón. Pero Alberto Fernández prefirió ornamentar el despacho de la Casa Rosada con la imagen de su ídolo: Litto Nebbia. En una carapantalla en miniatura el jefe de Gabinete aparece junto al líder de Los Gatos. Pero también junto a su amigo de la política, Jorge Argüello, quien curiosamente se convirtió en diputado electo por la lista de Mauricio Macri, compitiendo abiertamente con la boleta ibarrista que respaldaba Fernández.

* Colaboraron:
Sergio Moreno, Nora Veiras
y Mariana Carbajal.