El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, mantienen un duro enfrentamiento por la candidatura de la alianza UCR-PRO-CC en ese distrito. Luego de bajar su fugaz postulación a gobernador, Posse aseguró ayer que será el único aspirante a jefe municipal de esa alianza. Montenegro, en cambio, ratificó sus pretensiones y aseguró que cuenta con el apoyo de Mauricio Macri. “Yo soy el candidato único de este frente, sin primarias. Mis prioridades hoy son la gestión, mi candidatura y colaborar con el armado provincial”, sostuvo Posse, quien había saltado hacia el massismo y luego intentó acercarse al macrismo.

Luego de su coqueteo con el massismo, desde el PRO le cerraron la puerta a Posse para que compita con su aspirante a gobernadora, María Eugenia Vidal. Sin espacio para colgar su boleta de la de Mauricio Macri, el intendente de San Isidro anunció que jugaría por la reelección. De origen radical pero con el armado de un partido local llamado Acción Vecinal, Posse asegura ahora que dialogó con Macri sobre la situación en el distrito y que no tendrá competidores en las primarias.

El ministro macrista, encolumnado en el sector de Gabriela Michetti, señaló que cuenta “con el apoyo del partido y de Macri”. En declaraciones radiales, Montenegro ya había dicho que “no había ninguna posibilidad” de bajar su candidatura y consideró que “es bueno para el PRO que haya la mayor cantidad de candidatos posibles en cada distrito”.

A contramano de las declaraciones de Posse, en el PRO bonaerense reconocen que existe la posibilidad de habilitarle una colectora o en última instancia dejarlo competir en las PASO frente a Montenegro. Hasta ahora, el intendente de San Isidro no había cosechado una buena relación con el líder del PRO, quien terminó por torcer su decisión de pelear a nivel provincial. Tampoco despierta ninguna adhesión en la UCR bonaerense, encabezada por Ricardo Alfonsín.