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No estaban todos los integrantes de la comisión, pero eran suficientes como para aprobar los cargos contra el cuarto supremo a quien se le inicia juicio político. Ayer, poco después de las 11.30, el justicialista Ricardo Falú consiguió el apoyo unánime de los diputados presentes para aprobar los quince cargos contra el miembro de la Corte Suprema, Adolfo Vázquez. El próximo jueves, el hombre que supo agradecer su nombramiento por nota al entonces presidente Carlos Menem, deberá presentar su descargo ante la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja.
Si bien el descargo que debe realizar Vázquez puede ser por escrito, hay legisladores que aseguran que se presentará en persona. Muchos todavía recuerdan que durante el proceso contra los nueve miembros de la Corte que se llevó adelante el año pasado, Vázquez fue el único que llegó hasta el salón donde funciona la comisión a presentar su defensa.
Los cargos que se le imputan a Vázquez son similares a los de Julio Nazareno, Eduardo Moliné O’Connor y Guillermo López. Así el supremo agradecido tendrá que presentar su descargo respecto de la causa Meller SA –basada en un reclamo monetario al Estado por la publicación de las guías telefónicas de la ex ENTel y que casi le cuesta al erario unos 400 millones de pesos–; al caso de supuesto contrabando y evasión fiscal del grupo Macri y a las medidas disciplinarias que el magistrado convalidó contra los jueces Héctor Magariños y Haydeé Dragonetti de Román. Excepto este último caso –presentado por la diputada del ARI, Elisa Carrió–, el resto está siendo sometido a prueba en el Senado, en el marco del juicio político que se le instruye al suspendido Moliné O’Connor.
De cada una de las causas que ayer aprobó la comisión se desprenden quince cargos contra Vázquez. Tres surgen de la causa Meller, cuatro del caso Macri, cinco de Magariños y tres de Dragonetti de Román. El juez y sus abogados podrán consultar los expedientes incluso el fin de semana.
Entre los miembros de la comisión hay un marcado optimismo. El hecho de contar con buena parte del trabajo ya realizado hace prever que una vez que el acusado presente su descargo, en una semana más tendrán listo el dictamen acusatorio. A fines de noviembre la comisión pondrá la acusación a consideración de la Cámara baja, paso previo para que llegue al Senado.
“Es casi inexorable que va a haber una acusación contra Vázquez, que seguirá el mismo camino de Moliné en cuanto al criterio que adoptará la Cámara de Diputados. Y es de presumir que también será suspendido en sus funciones, pero esto ya es una facultad del Senado”, indicó un siempre precavido Falú luego de la reunión de la Comisión de Juicio Político.
Tan seguro como Falú, pero en el sentido opuesto, el abogado de Vázquez, Virgilio Loiacono, consideró como “vergonzosamente endebles” los cargos aprobados contra su representado. Ayer, tras notificarse de la decisión de la comisión parlamentaria y mientras permanecía en el Palacio de Tribunales, el abogado afirmó que “las páginas están plagadas de errores jurídicos”. También adelantó que más allá de la posibilidad de que el supremo se presente a realizar su descargo, igual enviará un escrito.
Vázquez se convierte en el cuarto integrante del máximo tribunal en enfrentar un juicio político. Ayer, legisladores de la UCR aseguraron a este diario que la tarea de la comisión no terminará con Vázquez. “El año pasado presentamos un juicio contra los nueve. Este año lo hacemos de uno en uno. Nuestra decisión es continuar con todos los que tengan pedidos de juicio político”, indicó uno de los diputados radicales. El legislador advirtió que esto significa que los procesos no se detendrán en aquellos magistrados que “supuestamente responden a la UCR”.
La afirmación del legislador despeja, a medias, las dudas que había tanto entre los integrantes de la comisión como en el resto de los diputados de la Cámara. Hasta no hace poco, desde el bloque radical surgieron mensajes que daban cuenta de la conveniencia de enjuiciar sólo a la denominada mayoría automática menemista. Esto provocó las iras de varios de sus pares justicialistas que exigían el avance contra los cortesanos considerados filo-radicales.