“A Keynes lo he escuchado nombrar, pero ¿Corbacho quién es? CFK, no entiendo nada de nada”, comenzó ayer la presidenta Cristina Kirchner una carta –que tituló “Keynes y Corbacho, o la Historia y el burro”– que subió a las redes sociales para responderle al director de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad del CEMA (Ucema), Alejandro Corbacho, quien en una columna publicada ayer en Clarín buscó retrucar un argumento utilizado por CFK en un acto semanas atrás acerca de los motivos de la llegada al nazismo al poder. “El tampoco entiende nada. Y lo que es más grave, tampoco sabe sobre lo que escribe y publica. Y fijate... es todo un académico, o por lo menos se presenta como tal”, continuó la Presidenta en su carta escrita, como es habitual en ella, conversando con un hipotético lector.

“El día 5 de agosto, en una intervención en Casa Rosada, afirmé que la llegada de Hitler al poder no había sido producto de la inflación, sino de la humillación de Alemania, a partir de las condiciones vergonzantes que los Aliados, durante la Primera Guerra Mundial, habían impuesto a dicho país luego de su derrota, en la firma del Tratado de Versalles”, explicó la Presidenta el motivo de la controversia.

Comentó que Corbacho escribió una columna cuyo título llamó su atención “Cristina y sus lecciones de historia”. “‘Los líderes políticos recurren a las lecciones de historia para justificar o defender sus acciones.’ Textual de Corbacho... Gracias por lo de líder político. Se ve que se le escapó la tortuga. A los académicos también les pasa”, ironizó. Citó otro tramo del texto: “‘Los expertos sostienen que aquellos que recurren a contar la historia con esa perspectiva muestran una gran confianza en sus afirmaciones y carecen de inhibición para utilizar el pasado en formas diferentes, aunque sepan un poco del tema’. La negrita no me pertenece. Es un elemento que utiliza Corbacho para resaltar que no sólo no tengo inhibiciones, sino que además no sé nada”.

La Presidenta volvió al título donde cita al economista británico John Maynard Keynes. “Fue el representante oficial de Inglaterra en la Conferencia de Paz, hasta el 7 de junio de 1919. También tuvo asiento, como mandatario del ministro de Hacienda inglés en el Consejo Supremo Económico. Renunció a esos cargos ‘cuando se hizo evidente que no se podía mantener por más tiempo la esperanza de una modificación sustancial en los términos de paz proyectados’. Keynes mismo lo explica en el prefacio de su libro Las consecuencias económicas de la paz”, explicó CFK.

Es en ese libro –“que se ve que Corbacho no ha leído”, acotó la Presidenta– en donde Keynes desarrolló los fundamentos de su oposición al Tratado de Versalles. CFK citó un párrafo del trabajo. “Si nosotros aspiramos deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, no dudo en predecirlo, no tardará. No habrá nada, entonces, que pueda retrasar mucho tiempo esa guerra civil, última, entre las fuerzas de la reacción y las convulsiones desesperadas de la revolución, ante cuyos horrores serán insignificantes los de la última guerra alemana, y que destruirá, sea quienquiera el vencedor, la civilización y el progreso de nuestra generación”, escribió Keynes.

CFK explicó entonces que su argumento sobre el nazismo no se debía a su “falta de inhibición” sino a la lectura de Keynes. “No sólo fue uno de los protagonistas del Tratado de Versalles, sino uno de los más grandes economistas, historiadores y académicos (de los de verdad) en la historia mundial”, escribió. Comentó que luego de aquellas críticas a Keynes no lo volvieron a contratar por años. “Cuánto mejor nos iría a los argentinos si algunos leyeran y supieran más de lo que escriben y hablan”, concluyó la Presidenta su mensaje que subió a Facebook y Twitter.