EL PAíS › EXITO DE LA INICIATIVA POPULAR
Contra el ALCA
Las mesas de votación registraron muchos, muchos más votantes de lo esperado. Además se transformaron en lugares de debate entre los (pocos) que apoyan la unión con EE.UU., los (bastantes) desinformados o en duda, y los (muchos) decididos en contra.
“Yo estoy en contra de algo que proponga Estados Unidos, pero en la radio escuché que el Alca va a traer beneficios no sólo para ellos sino para todos los países”, dijo el chico con gorrita de Boca, antes de marcar las respuestas en la boleta. Pero cuando escuchó algunos puntos oscuros del tratado propuesto por Estados Unidos, no tardó en definirse: “Lo concreto es que quieren privatizar la educación y la salud, y vendernos todos sus productos para ahogar nuestra producción, olvidándose de los derechos humanos”, le explicaron, y sus dudas se esfumaron. Con un promedio de casi 700 votos diarios durante las primeras jornadas, la mesa dispuesta por la Autoconvocatoria No al Alca en Diagonal Norte y Florida, se transformaba por momentos en un foro de debate sobre procesos de integración.
“Creo que la Argentina necesita este tipo de tratados, aunque reconozco que Estados Unidos dice que el mundo es un gran comercio, y al mismo tiempo les da subsidios a nuestros campesinos”, comentó a Página/12 Adela Soulis, una estadounidense de 25 años que está en Buenos Aires por algunos meses dando clases de Inglés y que, aunque con reparos, votó a favor del ALCA. “Confío en que esto se aplique como se dice que se hará, y no para perjudicar a otros países, y si es así pienso que será bueno para los países de la región”, explicó en correcto español. “Dice que no, pero al final vota que sí, ése es el mismo discurso de Cavallo”, se enojó una mujer que terminaba de poner su boleta en la urna.
En uno de los puestos más transitados de los 5400 dispuestos para la Consulta Popular sobre el área de libre comercio, el pago de la deuda externa y la militarización, cientos de personas de todas las edades y nacionalidades se acercaron para sumar su voto a los cerca de 500 mil que se reunieron por día en todo el país durante las jornadas iniciales de la convocatoria. Algunos emitían su opinión con total convencimiento y hasta con bronca, otros sin una posición muy definida o con reparos, y otros por inercia, pero casi todos lo hacían en contra de los tres incisos.
“Vamos a pasear un poco, y mientras le voy explicando a ella de qué se trata el tema y venimos a votar”, dijo una madre que caminaba con su hija vestida con uniforme de colegio privado. Media hora después ambas cumplieron su promesa. “Algunos medios dijeron que apenas con un documento, no importaba la nacionalidad ni la edad, se podía participar, como si eso fuera malo, y nosotros consideramos que esa amplitud es uno de los mayores logros de la Autoconvocatoria”, comentaron los organizadores que estaban en el lugar.
Segundos después, un señor de 66 se trenzó en una discusión porque desconfiaba de los organizadores de la consulta. “Estoy de acuerdo con oponerme a estas tres cosas, pero no quiero participar en nada que tenga que ver con la izquierda marxista, y seguro que acá están apoyando el Polo Obrero, los peronistas y esos grupos”, analizó el hombre. “Esto sólo tiene que ver con los derechos humanos”, le contestaron, y luego de una hora de discusión dio finalmente su voto en contra. Mientras discutían, un chico con remera del Che Guevara arrastraba de la mano a un amigo para que pusiera su firma. “Yo ya voté”, aclaró antes de que le preguntaran si deseaba hacerlo.
“Es central que participemos, y creo que el punto central es la deuda externa, que ninguno de nuestros países puede pagar, y también lo de impedir el ingreso de tropas extranjeras en nuestros territorios”, explicó en plural Oscar Malimoria, un uruguayo de 32 que caminaba por Florida, y que es miembro de la agrupación Corriente de Izquierda en su país.
“Lo que observamos es una opinión mayoritaria en oposición a los puntos de la consulta, pero también vemos que la gente, en su mayoría, tiene un total desconocimiento de lo que significa el ALCA”, contó a Página/12 Pablo Mancini, uno de los responsables de esta mesa ubicada en pleno microcentro, que es miembro de la agrupación Attac, una organización que nació en París en 1998 y lucha por la implementación de una tasa a las transacciones financieras especulativas para ayuda a los ciudadanos. “Pero el interés en participar –comentó– se ve en que superamos ampliamentelas expectativas, porque calculamos que sacaríamos unos 200 mil votos, y esa cifra se duplicó sólo en el primer día.”
Algunos votantes, entusiasmados con la propuesta, coincidieron sin embargo en que encontraban algunas dudas al responder sobre si seguir pagando la deuda externa. “Mucha gente dijo que este punto debería estar desdoblado porque creen que suspender el pago es muy drástico, pero sí piden una investigación, y en todo caso una quita de la parte ilegítima”, explicaron miembros de la agrupación Venceremos en la mesa ubicada en avenida de Mayo al 600.
Hubo también, como en cualquier consulta, incrédulos y desconfiados, y hasta un turista venezolano que transitaba por la zona de Florida desestimó el alcance de la iniciativa. “Acá tienen que revisar la historia de mi país para saber cómo salir de una crisis, y no hacer estas consultas”, dijo el hombre. Pero no tuvo mucha convocatoria y la gente siguió votando.