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“No se ha acreditado, ni siquiera por una prueba directa, irrefutable y con la certeza exigible, al menos hasta ahora, que el deceso del fiscal federal Natalio Nisman fue el resultado de un obrar homicida”. La conclusión pertenece a la fiscal Viviana Fein y quedó consignada en un dictamen que emitió antes de que la jueza Fabiana Palmaghini la desplazara del caso. Fein dejó sentada su posición en el escrito en el que rechazó que el pedido de que la investigación de la muerte de ex titular de la UFI AMIA pase al fuero federal.

Antes de ser apartada de la causa por la muerte de Nisman, Fein expuso en su escrito lo que Página/12 adelantó el lunes pasado: que no hay ninguna evidencia de que al fiscal lo hayan matado y que, por lo tanto, no tiene ningún fundamento que la causa pase a Justicia federal, como solicitan los abogados representantes de Sandra Arroyo Salgado, su ex esposa, y Sara Garfunkel, su madre.

Fein firmó el dictamen con su opinión frente al planteo de las querellas el martes pasado cuando Palmaghini aún no se había tomado a su cargo la instrucción del expediente. En el escrito la fiscal también refutó la hipótesis de que el cuerpo de Nisman fue movido en el interior del departamento del piso 13 de la Torre Le Parc, donde fue hallado sin vida, y sostuvo que “la circunstancia aludida por la querella a mi criterio no ocurrió”.

Sobre la supuesta “limpieza de la escena del crimen”, Fein consideró que “ello constituye una mera apreciación de carácter estrictamente personal y, por ende, subjetiva y carente de todo sustento probatorio”. La fiscal reiteró, además, que “el hecho de no haberse hallado en las manos de Nisman las partículas características de residuos de disparo no quiere decir que éste no se haya disparado. Tanto pudo haber disparado como no”.