Los cinco gremios docentes rechazaron la oferta del gobierno nacional de llevar el salario inicial del sector a 7300 pesos en febrero y a 7800 en julio. “Estamos lejos de un acuerdo; planteamos una suba del 35 y 40 por ciento y ellos están hablando de un 20 y un 28”, indicó la secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), Sonia Alesso, al salir de la reunión paritaria de los sindicatos con el ministro de Educación, Esteban Bullrich. La negociación pasó a un cuarto intermedio hasta hoy, cuando las partes volverán a encontrarse. “Hay voluntad de diálogo y de empezar las clases, pero con esta propuesta no empezamos. No podemos ir a decirle a un docente que trabaje con estos números”, adelantó María Lazzaro, secretaria adjunta del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop).

Esta paritaria federal fija el sueldo de un maestro de grado que recién comienza a trabajar, con jornada simple. Aunque a los sueldos docentes los paga cada provincia, el salario inicial que se acuerda a nivel nacional funciona como un piso por debajo del que no puede quedar ningún docente del país. A la vez, es una referencia que incide en todas las negociaciones provinciales que siguen a la federal, y en las que es discutida toda la escala salarial de los maestros.

Hoy, el sueldo inicial docente es de 6060 pesos. Los gremios piden subirlo a 8500. Reclaman además a la Nación duplicar el Fondo de Incentivo Docente, un fondo que se distribuye en forma igualitaria entre los trabajadores de la educación, mejorando sus sueldos.

El encuentro de ayer fue el tercero de Bullrich con los sindicatos, pero el primero en que fue presentada una propuesta oficial. La oferta consistió en:

• 7300 de salario inicial en febrero, lo que implica un aumento del 20,4 por ciento.

• 7800 a partir de julio, es decir, llevar la recomposición al 28,7 por ciento. Sin embargo, estos 7800 serían conformados con 7300 de inicial más 500 pesos de incentivo docente, que es una suma fija no remunerativa.

“Al ser no remunerativa, esta parte del aumento quedaría fuera para el pago de la antigüedad y la jerarquía. Tampoco tendría aportes jubilatorios ni de cargas sociales. No impactaría en la pirámide salarial, y este es uno de los principales problemas que le vemos a la propuesta”, explicó Gerardo Alzamora (Sadop) a Página/12.

“Están dejando en manos de las provincias la pirámide salarial, con consecuencias que afectan a la mayoría de los trabajadores, porque si bien hay 140 mil que cobran el salario inicial, un millón de docentes tienen ingresos por arriba, y no recibirían prácticamente nada” en términos porcentuales.

Así, a los dirigentes no les convenció ni el porcentaje ni la forma en que el Gobierno planteó pagar los tramos. Lo que sí avanza, en cambio, es la idea de una paritaria por seis meses, una propuesta que el macrismo viene esbozando para poder cerrar acuerdos salariales que no excedan el orden del 25 por ciento, pero con una cláusula de revisión en junio, cuando –siempre según la expectativa del Gobierno– la inflación se habría desacelerado.

La negociación tiene su mayor traba en la voluntad de Cambiemos de ponerle un techo al aumento salarial. En los números que maneja el Ejecutivo, la recomposición a los docentes tiene que llegar a julio con no más de un 25 por ciento. Así lo planteó Bullrich a los gremios en una reunión anterior, y ayer se plasmó en la propuesta, que llega al 28,7 pero en agosto.

Ante el rechazo, los funcionarios adelantaron que van a analizar repartir la misma masa salarial de otra forma, de manera de subir el salario inicial. El mecanismo sería redistribuir el fondo de compensación de desigualdades salariales, hoy destinado a las seis provincias de menores recursos. La ley les permitiría replantear el uso de esos fondos para repartirlos entre los docentes de todo el país que cobren el salario inicial. Con este planteo esbozado, la negociación pasó a un cuarto intermedio hasta hoy, cuando el ministerio presentaría la nueva propuesta. Aunque lo que se discute es finalmente un solo número –cuánto va a acercarse el inicial a los 8500 que piden los gremios, o a permanecer cerca de los 7800 que quiere el Ejecutivo–, en la argumentación las partes apelan a los porcentajes. Y en ese marco, el PRO reclama para sí haberles otorgado en enero a los docentes un 8 por ciento. Esto es porque el salario inicial estaba en 5900 pesos, y el Gobierno lo elevó a 6060 para equipararlo con el mínimo, vital y móvil. Los docentes señalan, sin embargo, que esta es una cláusula automática y no debe ser cargada a cuenta de la negociación de 2016.

Otro tema de la paritaria es la estabilidad laboral de los docentes de programas nacionales como el Fines –de terminalidad de la escuela primaria y secundaria–, las orquestas juveniles, radios comunitarias y otros planes socioeducativos. Estos programas son financiados por la Nación, pero sus maestros, a diferencia de los demás, no tienen garantizada la continuidad laboral.

En el encuentro, Bullrich ratificó que los programas seguirán vigentes, que la estabilidad de sus docentes va a ser discutida a lo largo del año. Para los dirigentes, no es una cuestión menor, ya que se trata de la única área bajo riesgo de despidos masivos.

De la reunión paritaria con Bullrich participaron dirigentes de la Unión de Docentes Argentinos (UDA), la Asociación de Maestros de Escuelas Técnicas (Amet), la Confederación de Educadores Argentinos (CEA), la Ctera y el Sadop. La mesa salarial será retomada esta mañana, a partir de las 10.30.