Martes, 16 de febrero de 2016 | Hoy
DEPORTES › OPINIóN
Por Diego Bonadeo
Demasiado habitualmente se ha hecho hincapié desde la sociedad “futbolística” –que no “futbolera”, que no es lo mismo, como que no es lo mismo “cantante” que “cantor”– y con un criterio menesteroso, propio de los que hacen el amor a oscuras y reivindican precauciones, que la mayoría de los goles se producen por errores defensivos antes que por aciertos ofensivos.
Y esto se compadece con aquella histórica pavada que se pronunciaba sin rubor: “El partido perfecto es el que termina 0 a 0”. Por otra parte, no había ni la menor referencia a la manera en que se producían los errores defensivos.
En el desarrollo de la segunda fecha del llamado torneo “transición” se han convertido más goles que los de costumbre. Independientemente de que esto sea para solaz de los especialistas en estadísticas, los motivos tienen que ver con la manera como se juega.
Una de las razones que justamente tienen que ver con el juego es la falta de criterio para tirar el achique o directamente ignorarlo como recurso.
Ni la mayoría de los entrenadores, ni la mayoría de los jugadores, ni la mayoría de los periodistas –en realidad casi ninguno– se detienen en cuestiones que tienen que ver con las causas reales, productoras de los efectos que fueren. Prefieren culpar de los errores a las altas temperaturas...
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.