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El presidente Mauricio Macri anunció que traerá al país los 18 millones de pesos que tiene en las Islas Bahamas, una guarida fiscal. “Ya di la orden al administrador que radique el ahorro ese que tengo en la Argentina”.

–¿En qué lo va a poner? –le preguntó una periodista.

–No sé, ¿qué me recomendás? No tengo idea...

–Y, bueno, le recomiendo Letras del Tesoro.

–Sí, posiblemente. Posiblemente compre Letras del Tesoro argentino para confiar en que este proceso de recuperación de la Argentina va a ir cada vez mejor –dijo Macri, con una sonrisa.

Más tarde, desde el Gobierno aclararon que no estaba confirmado que ese fuera el destino de los fondos.

En Balcarce 50 explicaron que ese dinero que figuraba en las Bahamas no forma parte del fideicomiso ciego en el que el presidente anunció que pondría sus bienes para que no haya incompatibilidad entre sus funciones públicas y el desempeño de sus empresas. Se trata de un fideicomiso que Macri no volvería a administrar hasta seis meses después de terminada su gestión, aunque el documento que difundió el Gobierno indica que puede remover a quien los maneja en cualquier momento. La única comunicación posible con el que lo administra es a través de la secretaria de Lucha contra la Corrupción, Laura Alonso.

No existen precisiones sobre cuáles bienes forman parte de ese fideicomiso de los que están en su declaración jurada y cuáles no. Ayer quedó claro que los 18 millones en el paraíso fiscal no estaban incluídos: “Eso es planta que quedó afuera del fideicomiso para usarla”, advirtió ayer un alto funcionario nacional.

El presidente informó su decisión de repatriar esos fondos en una visita a la Sala de Periodistas de Casa Rosada, donde conversó con los periodistas acreditados. Bromeó con una periodista sobre el destino que tendrán esos fondos una vez que vuelvan al país. Macri aclaró que el no movió los fondos a un paraíso fiscal: detalló que es “el mismo dinero que tenía depositado en Estados Unidos y Suiza con (el banco) Merrill Lynch. Lo que sucedió es que (el banco suizo) Julius Baer compró Merrill Lynch y cambió su domicilio a Bahamas. Es sólo un cambio legal de su agente financiero. Siempre estuvieron en el mismo banco”.

La decisión del presidente fue tomada luego del escándalo de los Panamá Papers, que lo ubicó como vicepresidente de una empresa offshore en las Bahamas y mientras está en debate el proyecto para el blanqueo de fondos. De todas formas, en este caso, se trata de dinero que ya fue declarado y está en blanco.

Cuando a Macri le preguntaron si ordenará a otros integrantes del gabinete nacional que repatríen los fondos que tengan en el exterior, el mandatario contestó: “Cada uno tiene que hacer lo que le parezca que le conviene, y a la Argentina le va a ir muy bien”.

La difusión de su declaración jurada y de los 18 millones de pesos en Bahamas no tuvo consecuencias judiciales, pero sí desató críticas políticas: varios de sus adversarios le marcaron la contradicción entre pedir que vengan inversiones al país y tener una importante suma en una guarida fiscal. Incluso, la aliada oficial Elisa Carrió indicó que esa cuenta “le hacía ruido” y que ella no tendría cuentas en el exterior.

Con esta decisión, Macri buscó revertir esas críticas y mostrarse como quien ahora predica con el ejemplo e invita a otros empresarios argentinos a hacer lo mismo. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, reforzó esta idea: “Los funcionarios deben ser los primeros en tener el gesto”, advirtió.

El ministro de Educación, Esteban Bullrich, por ejemplo, tiene una cuenta en Estados Unidos por el equivalente a 233 mil pesos, mientras que el ministro de Justicia, Germán Garavano, tiene otra cuenta en el mismo país del norte por 1.244.828 pesos, de acuerdo a las declaraciones juradas que se conocieron la semana pasada. Nadie se animaba a arriesgar si seguirán el camino que emprendió el Presidente y regresarán esos fondos al país.