Los dimes y diretes en torno a la reforma electoral que involucra el rol que desempeñará la Cámara Nacional Electoral (CNE) tuvo ayer otro capítulo. Casi a la misma hora en que los camaristas habían convocado a una rueda de prensa para manifestar sus críticas al proyecto del oficialismo, el Gobierno los convocó para negociar. “Después de conversar aceptaron que todo el proceso esté en cabeza de la Cámara. Esto es lo que nos han dicho. Esperamos verlo escrito”, dijo a Página/12 el presidente de la CNE, Alberto Dalla Vía. Hoy al mediodía se reunirá en Diputados el plenario de comisiones y Cambiemos aspira obtener el dictamen para tratarlo en el recinto la semana próxima.

El tire y afloje se produjo en torno a quién realizaría el escrutinio provisorio. En la reunión con el ministro de Modernización, Andrés Ibarra; el secretario de Asuntos Políticos, Adrián Pérez, el titular de la comisión de Asuntos Constitucionales, Pablo Tonelli y los responsables del área Informática con Dalla Vía y el vicepresidente de la Cámara Santiago Corcuera volvió a surgir “un desencuentro de lenguaje”. En palabras de Dalla Vía, el Gobierno planteó el desarrollo de la boleta única electrónica en todo el país y “nosotros entendemos el desarrollo propio de comunicación y escrutinio pero fuimos enfáticos en que lo tenemos que manejar nosotros como titulares del proceso político electoral”.

El Gobierno le propuso a los camaristas que ese primer conteo de votos se haga en el data center de Arsat y utilizando la infraestructura con la que ya cuenta el Estado.”Vamos a ofrecerle a la Cámara que ellos sean la autoridad del escrutinio con poder de control, homologación y auditoría, y que utilicen la infraestructura que ya está disponible, como el centro de datos del Arsat, porque no hay presupuesto para más gastos”, había anticipado un funcionario para allanar el diálogo con los camaristas. Dalla Vía dijo que estaban de acuerdo “en no duplicar presupuesto” y señaló que “nosotros siempre reivindicamos el escrutinio provisorio porque es parte del definitivo. El Código Electoral no establece esa diferencia. En los hechos, el Ejecutivo empezó a realizar el provisorio para disponer de una mayor rapidez informativa. Esto tenía sentido con las boletas de papel porque en Buenos Aires, por ejemplo, el defnitivo podría tardar un mes. Ahora con la boleta única electrónica nacional no hay prácticamente diferencias y todo tiene que estar en manos de la Justicia”.

Actualmente, el recuento provisorio de votos que se hace el mismo día de la elección está a cargo de la DINE, que depende del Ministerio del Interior, en tanto el escrutinio definitivo es responsabilidad de la Cámara Nacional Electoral.

El 18 de agosto pasado, el Gobierno le había prometido a Dalla Via –en una reunión con el ministro del Interior Rogelio Frigerio y Adrián Pérez– que le iba a entregar la potestad del escrutinio provisorio al Poder Judicial por primera vez en la historia democrática, en pos de la transparencia del proceso en esa jornada electoral (el escrutinio definitivo siempre estuvo a cargo de la CNE).

“El resultado de la reunión fue razonable en la medida que se concrete”, dijo Dalla Vía. Hoy se conocerá el texto de la propuesta de Cambiemos que acordó con el massimo para conseguir los votos necesarios de la reforma electoral. El plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Hacienda y Justicia tendrá que aprobar el dictamen si el oficialismo pretende obtener la media sanción la semana próxima. Junto al proyecto de reforma electoral se tratará el de paridad de género para representación legislativa en el Congreso, una iniciativa que Sergio Massa motoriza a través de su esposa, Malena Galmarini, probable candidata por Buenos Aires. El objetivo de Cambiemos es aplicar la boleta electrónica a partir de las PASO en el 2017.