La foto que circuló por las redes de Randazzo junto a los intendentes Bucca, Poletti y Katopodis.

De a poco, Florencio Randazzo muestra su intención de jugar un papel protagónico en las elecciones legislativas del año que viene. En las últimas horas trascendieron dos nuevas reuniones que mantuvo con intendentes, con quienes intercambió opiniones sobre la situación de la provincia de Buenos Aires y del peronismo. Lo más llamativo es que uno de esos encuentros fue con el mandamás del PJ provincial, Fernando Espinoza, y con la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, integrantes del llamado Grupo Fénix, con quienes no había tenido contactos. Cerca del ex ministro del Interior ya no descartan una hipotética competencia en las PASO contra Daniel Scioli por la candidatura a senador, aquella que quería tener en 2015 para la presidencia pero Cristina Kirchner impidió.

Por una de esas casualidades –o no tanto, no se sabe–, unas horas antes de que se conocieran las reuniones, Máximo Kirchner lo mencionó en el acto homenaje a su padre justamente en La Matanza. “Es un buen compañero, Florencio. Ya se le va a pasar el enojo”, dijo el diputado, en tono componedor.

Que Randazzo se reúne con intendentes no es nuevo. Siempre de manera reservada, se conocía de esos encuentros, principalmente en forma conjunta o individual con integrantes del Grupo Esmeralda, quienes tienen una posición más refractaria al kirchnerismo. El jueves, Randazzo estuvo con dos intendentes de este grupo –Gabriel Katopodis (San Martín) y Eduardo “Bali” Bucca (Bolívar)– y otros jefes comunales del interior: Ricardo Cassi (Colón), Jorge Cortés (Hipólito Yrigoyen), Juan Carlos Gasparini (Roque Pérez), Mauro Poletti (Ramallo) y Ricardo Alessandro (Salto).

“La idea del encuentro es que los intendentes empiecen a escuchar las ideas que tiene Florencio sobre la provincia. Es la primera de otras reuniones que continuarán en noviembre”, señaló una fuente que participó del convite. Katopodis y Bucca ya habían expresado públicamente sus ganas de que Randazzo sea candidato el año que viene.

Por eso, en verdad, más novedoso fue el encuentro del martes a la noche con Espinoza y Magario, con quienes hacía bastante que no se veía. Quien medió para acercarlos fue el ex presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, que por estos días aparece políticamente cercano al ex ministro del Interior. Espinoza es el titular del PJ del distrito y Magario la intendenta del municipio más populoso y presidenta de la federación que los agrupa, la FAM. Conseguir su apoyo no es un premio menor para cualquier que busque batallar en la interna bonaerense.

Claro que ni Randazzo ni su entorno quieren decir una palabra sobre candidaturas todavía. “Esa es la discusión al final de todo. Antes hay que modernizar al peronismo y pensar en unificar posiciones para no seguir haciéndole el juego al macrismo”, explicaban cerca del ex ministro. Sin embargo, no les molesta para nada que otros planteen la necesidad de una candidatura de Randazzo. En ese plan, no imaginan un enfrentamiento con Cristina Kirchner porque no creen que la ex presidenta finalmente se postule. En cambio, no les desagrada la perspectiva de una competencia contra Scioli, en la que el ex gobernador llevara el estandarte del kirchnerismo. “Siempre dijimos que una primaria legitimaría y fortalecería este espacio”, afirmaban.

El recuerdo era para aquella prédica que Randazzo había tenido durante su campaña pre-presidencial, frustrada cuando Cristina Kirchner resolvió que Scioli fuera el candidato del Frente para la Victoria porque era quien las encuestas mostraban mejor ubicado. Como lo había prometido antes, Randazzo cumplió su palabra de no aceptar una candidatura a gobernador.