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Por M. G.

La política argentina es tan veloz que dibuja escenarios como éstos: el comisario a quien el presidente Néstor Kirchner en persona ordenó echar de la Policía Federal había recurrido, cuando aún se veía a sí mismo como el hombre fuerte de ese cuerpo, al estudio que integran el representante del Gobierno en el Consejo de la Magistratura y un asesor del canciller Rafael Bielsa.
Jorge “El Fino” Palacios apeló a los servicios del estudio Da Rocha, Gené y Munrabá para querellar a un periodista que pasó por radio unas escuchas telefónicas, obtenidas por orden judicial, en las que el comisario hacía contacto con el reducidor de autos Jorge Sagorsky y el represor de la dictadura Carlos Gallone.
Da Rocha es Joaquín Da Rocha, un veterano abogado que representa al Gobierno en el Consejo de la Magistratura. Por eso no ejerce actualmente la profesión.
Gené es Gustavo Gené, que asesora al canciller Rafael Bielsa. Luego de la designación de Eduardo Sguiglia como miembro de la intervención en Santiago del Estero, el nombre de Gené viene sonando como uno de los candidatos a encargarse de las relaciones con América latina en la Cancillería. Antes, Gené representó a Bielsa en reuniones de alto nivel, una de ellas con dirigentes de la comunidad judía.
Con ellos trabaja otro profesional, Mariano Esper.
Uno de los socios, Raúl Munrabá, es el que defendió a Palacios en la causa por la masacre del 20 de diciembre del 2001 en Plaza de Mayo. Ni Da Rocha ni Gené patrocinaron entonces al comisario. En esa causa, la jueza María Romilda Servini de Cubría estimó que no había mérito suficiente para procesarlo porque se dio por satisfecha con la explicación de que Palacios, un oficial superior, había ido por su cuenta a Plaza de Mayo.
Palacios quiso iniciar juicio al periodista de Radio América Martín Pittón luego de que éste difundiera unas escuchas del 2001 en las que se oía al comisario hablando con Sagorsky y Gallone.
Página/12 publicó esa transcripción dos semanas atrás, y el presidente Néstor Kirchner ordenó desplazar a Palacios de la Policía Federal. Luego, como el comisario había sido pasado solo a disponibilidad, dio instrucciones a Beliz de que le pidiera directamente el retiro para evitar el trabajo de lobbying que Palacios estaba realizando sobre empresas, jueces y camaristas para tratar de seguir en actividad y convertirse en el nuevo jefe de la Policía Federal.
Antes de que la Justicia acepte que hay motivos para un juicio suele recomendar a las partes que encaren una mediación y lleguen a un acuerdo.
Las audiencias de mediación se realizaron el 29 de marzo y el 6 de abril, cuando aún Palacios no estaba en la mira de Kirchner y creía suficiente el apoyo del secretario de Seguridad Norberto Quantín para crecer aún más desde el puesto al que había llegado, la Superintendencia de Investigaciones.
Las audiencias son un acto privado y las partes están obligadas a mantener el secreto. Ni Gené ni Pittón aceptaron revelar el contenido de lo que se habló allí. “En términos estrictos fue solo el asistente de Palacios como requirente en una mediación en sede civil”, dijo Gené a Página/12. “Y la mediación no alcanzó resultado exitoso.” Agregó que “este hecho solo puede partir del propio requerido, porque era una mediación privada, no sorteada en la Justicia”.