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“Lo que no puede aguantar la derecha es una oposición constructiva. Lo que quiere es destruir para poder ella gobernar el país”, disparó ayer el radical Raúl Alfonsín. Desde Venezuela, donde cumple tareas de veedor internacional en la elección en la que Hugo Chávez plebiscitó su gobierno, el líder radical insistió en “la crítica constructiva” de la UCR y se mostró entusiasmado en la convocatoria al diálogo político.
“Pienso que se ha estructurado una campaña bien pensada de la derecha contra el radicalismo, para hacer aparecer a la oposición constructiva que realizamos como débil”, señaló Alfonsín. Para el ex presidente, de esta manera no sólo se minimiza a su partido sino que además se instala mediáticamente a otros referentes.
“No me refiero a ellos. Me refiero a los periódicos”, contestó cuando fue consultado en Radio Cooperativa si cuando hablaba de la derecha estaba hablando de Elisa Carrió o de Ricardo López Murphy. En ocasión del homenaje que se le hizo al radical Ricardo Balbín en la Federación de Box, Alfonsín ya había cargado contra los medios de comunicación. Entre otras cosas había puesto el acento en la banalidad y en la falta de debate político que –asegura– por estos días los domina.
“Nadie se opuso tanto como yo a la idea de la transversalidad. Estuvimos en contra del envío de tropas a Irak, en contra del ALCA. También reconocemos los esfuerzos que se hacen por el Mercosur y en las negociaciones por la deuda externa, porque está hecho con dignidad”, dijo.
Alfonsín reivindicó la necesidad de discutir cuanto antes la reforma política. También puso el acento en la importancia de un aumento en el gasto social. “Cuanto más presupuesto para el gasto social haya es mejor, pero hay muchas mejores formas de utilizarlos”, comentó al hablar de los planes sociales. El acercamiento de la UCR con el Gobierno es un dato de la realidad. Dato que Alfonsín no hace más que ratificar. Por lo pronto, tienen los mismos enemigos.