EL PAíS
“Yo trabajo en empresas que son de gente judía”
Lo dijo Juan Carlos Blumberg para demostrar que no es “de derecha”. Human Rights Watch negó trabajar con el empresario y lo criticó en un comunicado.
Desde unos días antes de la última marcha que organizó, hace dos semanas, Juan Carlos Blumberg refutó en varias oportunidades su supuesta adscripción a “la derecha”. Para negarla, primero dijo ser de “centroizquierda”. Ayer, sumó otro elemento para refutar las simpatías políticas que dice que le endilgan. Pero no pudo evitar caer en el cliché. “Yo trabajo en empresas que son de gente judía”, afirmó. El día en que salió en libertad, el reducidor de autos Carlos Telleldín rechazó tener prejuicios antisemitas e intentó demostrarlo con un ejemplo: “Yo tenía un mecánico judío”.
El padre de Axel estuvo ayer en la AMIA, donde se reunió con el presidente de la mutual judía, Abraham Kaul, y convocó a ir a la marcha que se realizó a raíz del fallo del tribunal oral que absolvió a los acusados de participar en el atentado del 18 de julio de 1994 (ver aparte).
Blumberg se defendió de los supuestos ataques. “Lo que a veces dicen de mí es un disparate. Yo he tenido el castigo en mis familias: mis antepasados fueron matados por el comunismo y por los nazis”, describió.
La frase sobre su “trabajo con judíos” no es la primera afirmación polémica de Blumberg. Antes describió como “drogadicto” a Sebastián Bordón, asesinado por la policía en Mendoza y, en la última convocatoria en el Congreso, dijo que “los derechos humanos son para los delincuentes”. Esa declaración, acompañada de la recriminación acerca de que “ninguno de los derechos humanos” lo fue a ver cuando murió su hijo, provocó una respuesta del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Este organismo aclaró que se había solidarizado con el empresario por el secuestro y asesinato de su hijo. Blumberg negó ese hecho. El CELS dio más precisiones: señaló que Gustavo Palmieri, director del Programa de Violencia Institucional y Seguridad Ciudadana, lo vio en Canal 7 a principios de abril pasado. Y que luego Blumberg fue invitado a debatir sobre las reformas de seguridad y justicia. El padre de Axel continuó contradiciendo al CELS y, en cambio, afirmó que trabajaba con organismos de derechos humanos a nivel internacional, como Human Rights Watch (HRW).
Esta agrupación desmintió ayer a Blumberg. En un comunicado con términos bastante duros para los que suele utilizar, HRW aclaró que “no ha trabajado ni trabaja con el señor Blumberg ni con ningún miembro o asociado” de su fundación. La organización señaló que su único contacto con Blumberg fue en julio del año pasado, cuando funcionarios de HRW se reunieron con él y con organizaciones de derechos humanos, periodistas y autoridades del gobierno argentino.
“HRW no puede negar su sorpresa y desconcierto por los abruptos e injustificados ataques formulados por el señor Blumberg contra organizaciones de derechos humanos.” El organismo lamentó que Blumberg “haya optado por utilizar la reunión que de buena fe sostuvo como vía para intentar deslegitimar la extraordinaria y eficaz labor” de los organizaciones como el CELS, con quien HRW “trabaja estrechamente desde hace varios años y cuyo presidente, Horacio Verbitsky, forma parte de la Junta Directiva”.
La agrupación internacional señaló también que le ha “manifestado al señor Blumberg que una política de seguridad que ignore parámetros de derechos humanos termina avalando la brutalidad policial e incrementando la inseguridad ciudadana”.