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Néstor Kirchner recibirá la próxima semana al candidato presidencial uruguayo Tabaré Vázquez. El encuentro será el segundo que el mandatario argentino y el postulante del Frente Amplio mantendrán en la Casa Rosada. Si bien no trascendieron las razones formales de la reunión, el solo hecho de compartir una nueva foto blanquea lo que es vox populi en los despachos oficiales: el respaldo del kirchnerismo al líder de centroizquierda uruguayo, a quien imaginan como un aliado estratégico para la región.
La cumbre entre Kirchner y Vázquez se producirá el lunes 18 o el martes 19, según confiaron a Página/12 fuentes oficiales. Y sin dudas tendrá un fuerte impacto político en Montevideo, ya que ocurrirá en la recta final de la campaña proselitista. Los uruguayos elegirán presidente el 31 de octubre.
Los últimos sondeos conocidos en la Argentina dan a Vázquez ganador absoluto, sin necesidad de ballottage. La consultora Doxa le otorga el 54 por ciento de intención de voto; Ipsos-Mora y Araujo, 55; Radar, 52, y Fáctum, 52,5. El candidato del Frente Amplio duplica así la intención de voto de Jorge Larrañaga, del Partido Nacional, el adversario que le sigue más de cerca.
En la última oportunidad en que se reunió con Kirchner, Vázquez habló del Mercosur. “No debe ser un acuerdo en materia económica, deber ser político y cultural”, expresó. Por esos días de junio del 2003, la comitiva argentina se quejó de las trabas que puso el presidente uruguayo Jorge Batlle, al que acusaron por lo bajo de torpedear los planes de integración para negociar bilateralmente con Estados Unidos el ingreso al ALCA, al estilo chileno.
Aunque no puede decirlo en voz alta, Kirchner cree que la eventual llegada al poder de Vázquez, quien en las últimas elecciones fue derrotado en el ballottage tras una alianza entre blancos y colorados, revertirá la posición uruguaya. El presidente argentino ve en el candidato uruguayo una pieza clave para la consolidación de una estrategia común en la región, junto al brasileño Inácio Lula da Silva, el chileno Ricardo Lagos y el venezolano Hugo Chávez.
“No hay dudas de que este gobierno está con Vázquez. Es tan obvio que no nos hace falta ni decirlo”, señaló a este diario uno de los funcionarios de mayor confianza de Kirchner, quien atesora en su despacho la evolución de la intención de voto de los candidatos uruguayos.
Que Kirchner no haya hecho pública su postura no fue motivo para que Aníbal Ibarra lo imitara. El jefe de Gobierno porteño y socio político del kirchnerismo en la Capital habló recientemente a favor de Vázquez, casi al unísono con el asesor de Lula, Marco Aurelio García. “Considero a Vázquez un amigo y futuro presidente del Uruguay y estoy comprometido con el triunfo del Frente Amplio”, señaló Ibarra, generando la queja del oficialista Partido Colorado.
Amén de los gestos diplomáticos, al kirchnerismo y al ibarrismo les preocupa poco y nada la reacción con el partido del presidente uruguayo. Desde aquellas insólitas declaraciones de Batlle –durante la gestión de Eduardo Duhalde–, cuando consideró a los argentinos como “una manga de ladrones”, que el vínculo se ha resentido.
La tensión retornó cuando el gobierno de Kirchner le pidió que Uruguay esclareciera la desaparición en ese país de la nuera del poeta Juan Gelman. Batlle dijo que era grave preocuparse por un solo caso y olvidarse de “los 80 uruguayos que desaparecieron en la Argentina”. El presidente argentino consideró un “exabrupto” las palabras de su par uruguayo. Pero su ministro del Interior, Aníbal Fernández, tuvo menos pulgas y lo calificó como el “campeón mundial de la agresión contra Argentina”.