EL PAíS
El Gobierno se lanzó a seducir a los radicales del Grupo Olavarría
Son veintiún intendentes enfrentados con la conducción provincial de la UCR. Anteayer se reunieron con Kirchner. En la Casa Rosada pretenden sumarlos al proyecto de Cristina Fernández.
Por Martín Piqué
En la lógica del Gobierno, ya son aliados. Con discreción, los veintiún intendentes radicales que se reunieron anteayer con el Presidente se han convertido en una apuesta importante para las chances de Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires. Aunque encabezados por dos exponentes del conurbano –Gustavo Posse (San Isidro) y Enrique “Japonés” García (Vicente López)–, los correligionarios del Grupo Olavarría son, mayoritariamente, reconocidos intendentes del interior bonaerense. En las últimas elecciones han debido lidiar con un panorama difícil, propio de los tiempos que vive el radicalismo. Mantienen una buena intención de voto entre sus vecinos, mientras que los candidatos a cargos provinciales obtienen porcentajes mucho menores. El contraste se traduce en un fenómeno cada vez más notorio: el corte de boleta.
La diferencia de resultados entre candidatos municipales y provinciales no molesta para nada al Gobierno. Al contrario, lo entusiasma muchísimo. También agradó al gobernador Felipe Solá durante la campaña por su reelección, a mediados del año pasado. Tras los comicios, muchos interpretaron que la diferencia que logró Solá con respecto a la lista de diputados del PJ bonaerense –que encabezaba Chiche Duhalde– tuvo un importante aporte de voto radical, en especial en las ciudades del interior. En la Rosada ya sueñan con repetir ese fenómeno en octubre de 2005 para incrementar las chances de Cristina Fernández.
Para apuntalar ese objetivo el Ejecutivo está haciendo lo que se acostumbra en estos casos: desembarca en los municipios con inversiones en obra pública, reparto de ATN y proclamas sobre la convivencia entre los partidos. El miércoles a la noche, por ejemplo, Kirchner endulzó los oídos de sus visitantes comparando al PJ y la UCR con el PSOE y el PP de España. “En lo esencial mantienen una continuidad”, dijo el Presidente ante los correligionarios rebeldes de la provincia. Además de Posse y García, en la reunión estuvieron Helios Eseverri (Olavarría), Héctor Gutiérrez (Pergamino), Carlos Angelini (Arrecifes), Ricardo Curutchet (Marcos Paz), Aldo Mensi (Coronel Pringles), entre otros boinas blancas.
Los visitantes habían llegado a la Rosada con una lista de prioridades para la construcción de obra pública. El inventario lo habían discutido en una reunión previa con el ministro de Planificación, Julio De Vido, el miércoles 3 de noviembre. Tras la charla con Kirchner, los invitados se fueron con una sonrisa de oreja a oreja. “Fue un taller de trabajo donde el Presidente fue emitiendo opiniones que nos resultaron muy interesantes. Dijo que hay que terminar con el asistencialismo y el clientelismo”, contó ayer Eseverri a Página/12. Los radicales se fueron con la promesa de inversiones que se sumarán a las que están en marcha.
En Olavarría ya se desembolsaron 210 mil pesos para construir 80 viviendas a través de cooperativas de trabajo. “En el tema vivienda, la Nación tiene una diligencia para ejecutar que es admirable”, remarcó Eseverri sin ruborizarse por sus elogios al Gobierno. Todo hace suponer que en los próximos meses –al compás del año electoral– inversiones como ésa se multiplicarán por muchos municipios radicales de la provincia. El Grupo Olavarría, en tanto, se prepara para enfrentar a la conducción del radicalismo bonaerense, encarnada en Federico Storani, Raúl Alfonsín y Leopoldo Moreau. A los tres los identifican con el duhaldismo. “Vamos a ser totalmente intransigentes con la conducción del partido a nivel provincial. Las alianzas que podamos hacer en nuestros pueblos no se las vamos a consultar”, promete Eseverri.