EL PAíS › CASACION EMITIO OTRO FALLO INUSUAL A SU FAVOR
La Cámara preferida de Moneta
Mientras piden que la Justicia investigue un pedido de juicio político fogoneado por el ex banquero, Casación volvió a respaldarlo.
Por Susana Viau
Mientras el abogado Ricardo Monner Sans pedía a la Justicia que investigara la posible responsabilidad penal de los 71 diputados nacionales que, fogoneados por Raúl Moneta, solicitaron el juicio político del presidente de la Cámara del Crimen Alfredo Barbarosch, la Casación, por segunda vez en el año, volvió a emitir un fallo excepcional en beneficio del ex banquero.
La presentación de Monner Sans –que quedó en manos del juez Norberto Oyarbide y del fiscal Carlos Cearras– señala que el fallo que motiva el pedido de juicio político a Barbarosch fue compartido por su par Gustavo Bruzzone y posteriormente avalado por el resto de los miembros de la Cámara. Todos ellos coincidieron, además, en la necesidad de enviar al Consejo de la Magistratura las actuaciones que involucraban a los jueces Juan José Mahdjoubian e Ismael Muratorio, sospechados de complicidad con Moneta. Por eso mismo, Monner Sans se sorprende de que, frente a conductas similares, los legisladores sólo hayan apuntado sus cañones a Barbarosch y se pregunta cuál es la diferencia entre ambos: “El primero –Barbarosch– de sabida ascendencia judía; el segundo –de impecable trayectoria según recuerda mi memoria (...)–, sin ascendencia judía”. El dato, dice Monner, podría permitir pensar en una conducta discriminatoria por parte de los diputados y cita en apoyo de esa hipótesis una frase sugestiva del documento firmado por los diputados: “... esta empresa (Cablevisión), manejada por inescrupulosas manos extranjeras...”.
“Resultaría deseable –reflexiona Monner Sans– que los señores legisladores hubiesen enunciado el concepto de un modo en el que no se infiriera, como en la redacción apuntada, que la calidad de inescrupuloso/a aparece modificada por la inserción del adjetivo ‘extranjero/a’. Nuestra historia ofrece un rico muestrario de actitudes inescrupulosas ejecutadas por manos nacionales y extranjeras, muchas veces asociadas en esa ausencia de límites morales.” De igual modo, advierte que, de acuerdo con lo publicado por Página/12, algunos de los “autores” de la solicitud ignoraban el apellido del camarista al que se proponen destituir, otros invocaron insólitos períodos post-operatorios o se refugiaron en la “disciplina partidaria” para justificar su ignorancia respecto de la cuestión sobre la que, sin embargo, habían opinado en abundancia. En suma, Monner Sans aspira a que la Justicia dilucide si los 71 diputados firmantes de este curioso pedido de juicio político no incurren en alguna de las variables de lo establecido por el artículo 256 bis del Código Penal acerca del tráfico de influencias.
Pero Moneta no está solo y pudo cantar victoria nuevamente en el terreno de la Casación. La Sala II volvió a echarle una mano al abrir, de modo excepcional, la posibilidad de rever la nulidad del expediente en el que se dirimen las tenencias accionarias de Cablevisión. Dicha nulidad había sido dispuesta por Barbarosch y Bruzzone al comprobar que el ingreso de la denuncia en los juzgados de Mahdjoubian y Muratorio obedecía a una maniobra fraudulenta. La Sala II de la Cámara de Casación está integrada por Raúl Madueño, Pedro David y Juan Fégoli. David es hombre de consulta de Eduardo Menem y Fégoli tuvo como secretario en el tribunal a Matías Bravo, el abogado que presentó la denuncia de Moneta contra sus ex socios en la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal, es decir, el responsable de la operación de “forum shopping” que originó la caída de la causa. Ya a principios de este año, la Cámara de Casación había dado indicios de simpatía hacia el ex financista del menemismo: revocó el sobreseimiento de su antiguo empleado, Jorge Macchi, acusado de extorsión por Moneta. También en aquella oportunidad el juez interviniente había sido Muratorio. Los dos incidentes profundizan el malestar existente entre la Cámaras de Casación y la Cámara del Crimen, instancia esta última que parece haber comenzado una saludable tarea de depuración de la Justicia ordinaria. Con menos optimismo se observan los movimientos del tribunal de Casación. “¿Y qué se podía esperar? –dijo a este diario un conocido abogado porteño–. La Casación sigue teniendo la impronta del menemismo. Arslanian se fue del Ministerio de Justicia porque pretendía que allí fueran nombrados juristas como Eugenio Zaffaroni, Juan José Avila o José Cafferata Nores. Fue imposible y las consecuencias se pagan.”