ECONOMíA › EL BANCO CENTRAL SE RESISTE A PRESTARLE MAS PARA PAGARLE AL FONDO
Lavagna pasó la gorra y quedó vacía
La disputa por los fondos detonó la interna entre Lavagna y Redrado. Como anticipó Página/12, el conflicto era inminente.
Por Claudio Zlotnik
El Banco Central se resiste a prestarle a Economía –para que el Gobierno le pague al Fondo Monetario– más dinero del que autoriza la Carta Orgánica. La negativa provocó un conflicto entre Roberto Lavagna y Martín Redrado, tal como había advertido Página/12 el último viernes. La presión del Palacio de Hacienda tuvo impacto en el propio directorio de la autoridad monetaria ya que algunos miembros, ligados a Lavagna, se inclinan a pensar como el ministro de Economía.
Por ahora, los protagonistas prefirieron mantener el perfil bajo y evitar un cruce público. En el Central dijeron a este diario que Redrado aguardará a que Economía envíe el proyecto de ley al Congreso para emitir su opinión en contra de modificar la Carta Orgánica, que rige el funcionamiento de la entidad rectora. La pretensión de Lavagna es cambiar el artículo 20 de la Carta, que es el que le pone límites a los préstamos del Central al Gobierno. Ese techo se calculó en unos 13.800 millones de pesos para este año. A Economía le quedan nada más que 2400 millones de crédito.
Ese monto es suficiente para abonar los vencimientos con el FMI hasta fin de año. El problema de Lavagna es que el retraso en el lanzamiento del canje de deuda demorará el acuerdo con el Fondo. Como se prevé que ello recién ocurrirá después del primer trimestre de 2005, el ministro necesita los fondos para girar a Washington durante ese período: sin acuerdo es imposible que los organismos multilaterales refinancien los vencimientos. Entre enero y marzo vencen 1851 millones de dólares con el FMI, el BID y el Banco Mundial.
El superávit fiscal no le alcanza para cubrir semejante desembolso, más teniendo en cuenta que en la primera parte del próximo año vencen unos 400 millones de dólares de la deuda emitida tras el default y que se encuentra en situación normal. Tampoco le alcanza el depósito que el Gobierno tiene en el Banco Central: después de los últimos pagos –el último fue el viernes 19 por 640 millones de pesos– esa colocación quedó en apenas 238 millones de pesos. En todo caso podría echar mano a los 1800 millones de dólares de las cuentas del Tesoro y otras dependencias en el Banco Nación. Pero Lavagna quiere mantener intacto ese ahorro. De ahí sacaría, por ejemplo, los 1000 millones que les prometió a los acreedores como pago en efectivo apenas concluya el canje.
Sin más fuentes de financiamiento, Lavagna enviaría al Congreso un proyecto de ley para poder recibir más dinero del Banco Central. “Es la única manera que tenemos de lograr el objetivo”, admitió un funcionario del Palacio de Hacienda, en diálogo con Página/12. En el Central, Redrado comentó a sus íntimos que si esa iniciativa llega al Congreso no sólo planteará su negativa sino que, a la vez, propondrá debatir a fondo la relación de la Argentina con los organismos. Según la fuente, el jefe del BCRA cree que una nueva modificación de la Carta Orgánica creará incertidumbre entre los agentes financieros. Sería la segunda vez que se cambia la Carta en un año y medio.
Según pudo saber este diario, varios directores del BCRA advirtieron hace ya algunas semanas que se aproximaba un conflicto con Economía. Lo hicieron en distintas reuniones de directorio. Pidiendo reserva de su nombre, uno de ellos se mostró de acuerdo con la estrategia del ministro, aunque mostró su preocupación por el impacto político. No sería la primera vez que, desde la asunción de Redrado, se producen tensiones con los directores lavagnistas.
Cerca de Redrado comentaron que el presidente del Central está de acuerdo en que la Argentina baje su deuda con el Fondo Monetario. Estrategia que compartiría no sólo con Lavagna sino también con el presidente, Néstor Kirchner. La crisis que se desató entre Economía y el BCRA no sólo debería analizarse como una desavenencia puntual entre ambos funcionarios sinocomo parte de una discusión mucho más profunda: cómo será el vínculo entre la Argentina y el FMI en los próximos tiempos.