EL PAíS › FELIPE SOLA VETO LA TOTALIDAD DEL
PRESUPUESTO CINCELADO POR EL DUHALDISMO

“La gente no quiere un gobierno títere”

En un durísimo discurso emitido desde la gobernación provincial, rodeado por la totalidad de los miembros de su gabinete, Solá acusó al duhaldismo de impedirle gobernar y poner en riesgo la gobernabilidad. Con una serie de preguntas retóricas, el gobernador dejó claro que el presupuesto, tal como lo había votado el duhaldismo, fue una expresión de la avanzada en su contra. Un llamado al diálogo.

Por Miguel Jorquera

“Yo no voy a hacer de payaso ni voy a hacer la payasada de promulgar el presupuesto.” Esta fue la respuesta que Felipe Solá les encontró a los múltiples interrogantes que se planteó en el discurso con el que anunció, en la Casa de Gobierno y rodeado de todo su gabinete, el veto a la Ley de Presupuesto provincial para el año 2005.
“Frente al adjetivo de generar un alto grado de obstaculización del Estado me pregunto si no corresponde poner las cosas en su lugar”, había dicho antes Solá, en clara referencia a los legisladores duhaldistas que le quitaron la facultad de reasignar partidas y nombrar unos 17 mil nuevos agentes, que “en los últimos 30 años nunca se le privó a un gobernador”. En tono coloquial pero con duros términos, Solá justificó su decisión en “asegurar la gobernabilidad” de los bonaerenses que “no quieren un gobierno títere” y “atado de manos” por una interna política que lo obligaría a recurrir “unas 2000 veces” al Parlamento para resolver “los problemas de la gente”. Ni la convocatoria al diálogo con los adversarios de su propio partido parece frenar la virulencia con que el PJ pretende dirimir la interna en la provincia.
“Ruego a Dios y Nuestra Señora de Luján para que nos ilumine a todos, a nosotros y en especial a aquellos que han generado un serio problema de gobierno; ojalá todo vaya mejor”, dijo el gobernador cerca del cierre de su discurso en La Plata. La encomendación divina de Solá hace presagiar que la interna desatada en el PJ, entre él y Eduardo Duhalde, no hará fácil la tarea de gobernar la provincia.
Solá entendió que las mutilaciones que introdujo el duhaldismo en su presupuesto para este año eran por la osadía de desafiar el poder territorial del ex presidente. Cerca del gobernador aseguraban que “ya no se podía volver atrás” y que ante el nivel que había alcanzado el enfrentamiento “no quedaba otra opción que vetar el presupuesto”, tal como lo hizo Solá en “su totalidad”. Ahora, las acciones de gobierno –según el Decreto Nº 73 del Ejecutivo provincial– se “ejecutarán de acuerdo a lo previsto en el presupuesto 2004”, ya prorrogado desde el primero de enero, porque “configura un escenario de virtual parálisis de la capacidad de gestión del Estado”.
“¿Para qué se elige un gobernador si no es, antes que nada, para que sea un administrador confiable, con autoridad para decidir sobre las necesidades cotidianas de la gente?”, preguntó y se contestó Solá en su discurso de ayer. Luego arremetió contra los duhaldistas: “La gente quiere un gobierno con autoridad y no un gobierno títere dirigido desde otro lado, desde afuera”.
El gobernador también apoyó sus afirmaciones en un trabajo que realizaron sus ministros sobre las dificultades que ocasionaría la restricción de reasignar partidas presupuestarias en la tarea de todos los días y que Solá se encargó de ejemplificar. “Se pretende ante cada necesidad crear dos mil nuevas leyes por año, para crear una comisaría o nombrar o trasladar a un maestro”, dijo Solá, para después intentar reflexionar con una nueva pregunta: “¿Por qué se le niega al gobernador tener facultad para tomar decisiones que todos entenderían y que hacen a las necesidades de la gente?”.
Antes de pronunciar el discurso en el Salón Dorado de la gobernación bonaerense, Solá había convocado a todos sus ministros. Allí les comunicó la decisión de vetar totalmente el presupuesto, que sólo conocían sus hombres de mayor confianza, y la solicitud de respaldar su postura con la presencia masiva del gabinete provincial. Una resolución que alcanzó a toda la plana política de la gobernación hasta el grado de secretario.
Los reproches de Solá al duhaldismo incluyeron desde un repaso político de los últimos años en la provincia, los reclamos de la población y hasta una advertencia: “Hace tres años encontré una provincia en llamas, que no tenía moneda y que parecía no tener futuro”, arrancó la frase delgobernador que se encargó de diferenciar la gestión kirchnerista con la referencia a “un país que comienza a crecer y a tener dignidad y autoestima”.
Pero enseguida volvió a embestir contra los hombres de Duhalde: “Ese país que había perdido la fe, había dicho basta a muchas cosas y ese país sigue presente con ese basta a la irresponsabilidad, o a la desaprensión y a la actitud frívola, encerrada de su clase dirigente”, tronó la advertencia del gobernador.
Solá recurrió a todos los argumentos posibles. También se encargó de mostrar las diferencias que el duhaldismo hace entre la gestión de Néstor Kirchner y la suya. “¿Por qué el Congreso Nacional aprobó la sesión de facultades para la reasignación de partidas y se le niega al gobernador como si en la provincia no hubiera una situación de emergencia?”, argumentó. Luego lo completó con un ejemplo más doméstico y en contraposición con el duhaldismo en otra de sus preguntas: “¿Por qué se le niegan las facultades al gobernador cuando en el presupuesto de la Cámara de Diputados, en uno de sus primeros articulados, se le otorgan facultades especiales al presidente (Osvaldo Mércuri), que puede disponer a su antojo del movimiento (de partidas) dentro de la Cámara?”
Antes del final, el gobernador extendió una mano para el diálogo con el duhaldismo. “A los legisladores, sobre todo a aquellos que fueron votados en la misma boleta (que él)”, que “vengan a conversar sobre cómo hacer para que cualquier crisis política no aparte la gobernabilidad”, dijo Solá convencido de que su decisión afectará aún más la delicada relación con Duhalde.
Antes de partir de gira a Francia con Kirchner (ver recuadro en página 2), Solá dio otra orden a sus principales colaboradores: por ahora no habrá más declaraciones públicas a la espera que aparezcan algunos canales de diálogo. Si no, la pelea volvería a expandirse. El duhaldismo trataría de reunir los dos tercios necesarios en la Legislatura para convalidar el presupuesto vetado por Solá, que entonces tendría que gobernar por decreto.

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Felipe Solá, rodeado por su gabinete a pleno como señal de respaldo, vetó el presupuesto que lo obligaba a negociar con la Legislatura.
 
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