SOCIEDAD
En Mar del Plata se vive la mejor temporada de los últimos años
El fin de semana había alojadas unas 390 mil personas. En la primera quincena llegaron un 17 por ciento más de autos que el año pasado. Y en el centro hacen cola para tomar sol.
Por Carlos Rodríguez
Mar del Plata, sobre todo sus empresarios y sus autoridades turísticas, están festejando las mieles de una de las mejores temporadas de los últimos años. A un diciembre que superó en un 20 por ciento los resultados de la temporada 2003/2004, le siguió una primera quincena de enero donde los números siguieron creciendo respecto del año anterior en un 15 por ciento. De todos modos, la explosión se produjo durante los tres últimos días, con la renovación del flujo de visitantes. Este fin de semana, tanto el sábado como el domingo, el número de viajeros que pasó la noche en la ciudad ocupando virtualmente toda la hotelería disponible, llegó a las 389.571 personas, según informó ayer a Página/12 Hugo Alfonso, vocero de prensa del Ente Municipal de Turismo (Emtur). “La segunda quincena de enero siempre es la quincena top, de manera que este comienzo es por demás auspicioso para nosotros”, dijo Alfonso, quien anunció también que “es muy bueno el nivel de reservas para el mes de febrero, de manera que todo indica que la tendencia va a seguir”. Ayer, en las playas del centro sobre todo, para tomar sol había que pedir turno.
Riguroso con sus estadísticas, Alfonso explicó que el fin de semana del 8 al 9 de enero, el número de turistas que llegó a Mar del Plata trepó a las 330 mil personas. A partir del lunes de la semana anterior, el nivel de alojamiento ocupado se elevó a 365 mil, y este último fin de semana se obtuvo la marca record hasta el momento de 389.571 turistas durmiendo su sueño de vacaciones en Mar del Plata. “Teniendo en cuenta que el tope de la capacidad de alojamiento es de 400 mil camas, estamos prácticamente llegando al techo”, explicó Alfonso. Del total de turistas, el 35 por ciento vino de la Capital Federal, un porcentaje similar del Gran Buenos Aires, un 15 por ciento de las restantes provincias del interior del país, un 13 por ciento del interior de la provincia de Buenos Aires y un dos por ciento del exterior.
“Un dos por ciento, sobre casi 400 mil ubicaciones, es una cifra más que interesante”, recalcó Alfonso. La mitad de los extranjeros llegaron procedentes de países limítrofes, como Chile, Bolivia y Paraguay, los tres con mayor presencia. El otro cincuenta por ciento vino de lugares mucho más lejanos, como Estados Unidos, Canadá y distintas naciones europeas. “Es tanto el flujo de turistas que estamos apelando ahora a las casas de familia o a la búsqueda de departamentos que están ocupados pero que todavía pueden albergar a alguno más”, informó el vocero del Emtur.
Ya en la primera quincena de enero se advertía la posibilidad de que ésta fuera una de las mejores temporadas en muchos años. En los primeros quince días del mes llegaron a esta ciudad 71.000 vehículos más que el verano pasado. El director general de Seguridad Vial, Gastón Pérez, dijo ayer que todos deben pensar en “un veraneo feliz” y, por eso, “hay que tener paciencia, esperar y no forzar la marcha”. La advertencia fue porque ya suman veinte las personas fallecidas en accidentes de tránsito en lo que va del año, en las rutas que llevan a Mar del Plata.
Algunos automovilistas dijeron al llegar que habían tardado “entre 7 y 8 horas”. El coordinador del Operativo Sol, comisario Eduardo Genaro, estimó que en la primera quincena hubo un 17,2 por ciento más de movimiento de vehículos en las rutas de acceso. El paso de autos fue a razón de “unos sesenta por minuto”, según la comprobación realizada en la Rotonda de Alpargatas.
El flujo de turistas hacia Mar del Plata hizo que ayer las terminales de Villa Gesell y de Pinamar se convirtieran en sitios donde los malos humores se olían en el ambiente. Los pasajes hacia Mar del Plata se vendieron en pocas horas, pero mientras duró la espera, las colas fueron interminables, bulliciosas y hasta belicosas. En Gesell, cuatro turistas se tomaron a golpes de puño por un lugar en la fila frente a las ventanillas de El Rápido Argentino. Fue en realidad una gran comedia de enredos porque, al momento de las piñas, los pasajes ya estaban agotados para todo el día de ayer.