EL PAíS › EL GOBIERNO BUSCA LA FORMA DE MANDAR A SCHAFER A CHILE

Por una expulsión inmediata

Quieren entregar al nazi a Chile hoy mismo. Lo harían porque entró al país en forma clandestina. Schäfer fue internado ayer.

 Por Raúl Kollmann

El presidente de la Nación, el ministro del Interior y el juez federal de Mercedes Héctor Echave mantenían anoche intensos diálogos para encontrar una fórmula judicial que permita expulsar del país, hoy mismo, al genocida nazi y abusador sexual de niños Paul Schäfer. En la Casa Rosada aseguraban que le estaban dando los últimos toques al encuadre jurídico, lo que permitiría enviar a Schäfer –que entró a la Argentina en forma clandestina– a Chile, su último país de residencia legal. Sin embargo, hubo un tropiezo inesperado: Schäfer tuvo que ser internado de urgencia por una descompensación en la presión. El presidente Kirchner viaja mañana a Santiago de Chile para tratar distintas cuestiones, entre ellas la del gas, y pidió tener al caso Schäfer resuelto, lo que significa enviarlo allí para que sea juzgado cuanto antes.
El anciano genocida fue trasladado ayer al hospital del penal de Marcos Paz con el objetivo de hacer un seguimiento minucioso de su salud. Lo que menos quieren el juez, las autoridades del Servicio Penitenciario y el Gobierno es que Schäfer, por un descuido, se muera o se suicide. Por eso fue internado en el Hospital de Marcos Paz.
El objetivo primordial del Gobierno es entregarlo cuanto antes a la Justicia chilena, que lo reclama desde 1998 para juzgarlo por corrupción y abuso sexual de niños, denegación de libertad, sustracción de menores, desaparición de personas y complicidad en secuestros y torturas. Schäfer es buscado también por Alemania y Francia, pero la ventaja es que Chile fue su último país de residencia y la expulsión consiste justamente en enviarlo al lugar donde tuvo su residencia legal más reciente.
El ministro del Interior, Aníbal Fernández, postergó un viaje al sur del país para encontrar la solución jurídica del caso. El punto clave sería que Schäfer no tiene documentos legales ni ingresó en forma oficial a la Argentina. Ello abriría la posibilidad de echarlo, sin pasar por el tortuoso proceso de extradición que puede tardar cerca de tres años.
Schäfer está a disposición del juez Echave, pero también éste trabajaba intensamente en la búsqueda de una solución rápida. El genocida tiene 83 años, adolece de insuficiencia renal y un dilatado proceso de extradición tal vez le permitiría –por muerte– escapar del juicio que le espera.
El nazi abusador de menores fue descubierto en un barrio cerrado de Tortuguitas a partir de un seguimiento de Interpol. El comisario Luis Fuenzalida relató que el dato inicial –proporcionado desde Chile– lo ubicaba en la estancia La Solita, en Chivilcoy, una propiedad a la que llaman “la estancia de los chilenos”. Allí se vio a un estrecho colaborador de Schäfer, Peter Schmidt, pero no al genocida. Finalmente, los hombres de Interpol lo rastrearon hasta la casa del barrio cerrado Las Acacias, en Tortuguitas.
Schäfer fue el líder de la Colonia Dignidad, en donde rigió un régimen nazi de disciplina y se sometió a los internos a condiciones de esclavitud. A ello debe agregarse que Schäfer abusaba de niños que eran sustraídos a familias humildes. Durante la dictadura de Augusto Pinochet, Dignidad fue un campo de detención y asesinato.

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El genocida nazi y abusador sexual de niños Paul Schäfer.
 
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