ECONOMíA
En el interior la desocupación bajó bastante más rápido que en el GBA
El Indec difundió el informe completo de la Encuesta Permanente de Hogares, con una tasa de desempleo de 12,1 por ciento.
Por Claudio Zlotnik
El fuerte crecimiento de la economía tiene distintos impactos, según la geografía. Para conseguir trabajo, no es lo mismo vivir en el Gran Buenos Aires que en la Patagonia, por citar los dos extremos. Si bien el desempleo cayó a 12,1 por ciento en el país, en el GBA se encuentran los niveles más altos de la Argentina, por encima del promedio. De los 3,8 millones de personas con problemas de empleo, casi la mitad (1,76 millón) viven en Capital y el conurbano.
Un par de semanas atrás, el Indec había informado que el desempleo había retrocedido del 13,2 al 12,1 por ciento entre el tercer y el cuarto trimestre del año pasado. La mejora del campo laboral implicó la creación de 700 mil puestos de trabajo a lo largo del año pasado. Ayer, el organismo estatal amplió el informe y brindó detalles sobre la evolución en el mercado del trabajo.
En ese documento se destaca que la creación de empleo fue más acelerada en los distritos del interior que en la Capital y el conurbano bonaerense, donde conviven más de 6 millones de personas en aptitud de trabajar. También salieron más favorecidas las ciudades más pequeñas, menores a los 500 mil habitantes. En estas localidades, la tasa de desocupación, en promedio, ya se halla en un dígito: exactamente en el 9,9 por ciento, y se convirtieron en la envidia de los funcionarios de las grandes ciudades.
Entre las más grandes, la ciudad de Buenos Aires, con el 7,6 por ciento, y la de Mendoza, con el 7,2, aparecen con la tasa de desempleo más baja. Curiosamente, allí el peronismo no es oficialismo. En la Capital manda Aníbal Ibarra y en Mendoza gobierna el radicalismo, con Julio Cobos como gobernador.
Al contrario de lo que ocurre en estos dos conglomerados, los partidos del conurbano bonaerense, el Gran Rosario y Mar del Plata aparecen como los distritos más complicados por el desempleo. Aunque con matices, la tendencia acompaña el mejoramiento que se evidencia en el resto del país, los índices en esos lugares todavía son altos.
El desempleo en el Gran Buenos Aires trepa al 14,8 por ciento y es el más elevado entre los grandes distritos, a lo que hay que sumarle un 17 por ciento de subocupación, trabajadores que se emplean menos de 35 horas semanales. Quiere decir que en el conurbano existen un millón y medio de personas con problemas de empleo. Dicho de otro modo, de cada tres personas en condiciones de trabajar (económicamente activas) hay una que se encuentra desempleada o subocupada. En Rosario, el desempleo se ubica en el 14,4 por ciento y la subocupación, en el 9,2 por ciento, mientras que en Mar del Plata las cifras se ubican en 13,5 y 15,8 respectivamente. La Ciudad Feliz no logra recuperarse: es el único caso en donde la desocupación creció a lo largo de 2004, aunque está mejor que un año atrás, cuando se situaba medio punto más arriba.
El relevamiento del Indec pone de manifiesto la expansión de las economías regionales tras la salida de la convertibilidad: se nota un fuerte descenso no sólo en Mendoza sino también en Tucumán (del 21,2 al 11,4 desde la salida de la crisis). También es relevante para el modelo económico lo que sucede en Córdoba, que iniciaba el año 2003 con uno de los índices de desempleo más altos del país (23,6 por ciento) y terminó el 2004 con uno de los más bajos: 11,5. La fortaleza del sector industrial explica el fenómeno. En el Palacio de Hacienda destacaron el impulso del agro y de los planes de obras viales y de infraestructura para explicar la buena performance de los distritos del interior.
Por regiones, la Patagonia es la que tiene menos problemas de empleo: la desocupación abarca sólo al 6,3 por ciento y el subempleo al 5,6 por ciento de la población en condiciones de trabajar.
También es verdad que la asistencia social ayuda a mejorar los datos. Si no fuese por los planes Jefas y Jefes, la tasa de desempleo en el país sería cuatro puntos más alta: del 16,2 por ciento en vez del 12,1. Hay un millón y medio de personas que reciben la ayuda oficial. En el peor momento de la crisis, a mediados de 2002, el desempleo había llegado al record de 21,5 por ciento.