EL PAíS
La pelea bonaerense entró en su etapa de guerra fría
Duhaldistas y felipistas continúan forcejeando por las internas en la provincia. Solá amaga con ir por afuera.
Por Martín Piqué
Por tercer día consecutivo, Néstor Kirchner se mostró ayer junto al gobernador Felipe Solá. Son señales, sutiles pero relevantes. Describen la actualidad de la pulseada por las candidaturas bonaerenses. En estos días, el tironeo se asemeja a una paz armada que disimula una guerra fría. Mientras el ex presidente Eduardo Duhalde espera el momento más propicio para conversar con Kirchner, sus hombres sugieren –tal vez para ejercer algo de presión– que estarían dispuestos a competir igual. Incluso contra la senadora Cristina Fernández. Pero la definición del juego sigue en suspenso. Hasta que eso se resuelva, la pelea más inmediata enfrenta a Solá y el duhaldismo por la fecha en que se elegirán los cargos provinciales (legisladores y concejales). Ayer, desde La Plata informaron que Solá aún no decidió en qué fecha convocará la interna y si se presentará en ella o competirá directamente el 23 de octubre.
Fue un día significativo para la cambiante guerra de nervios. Solá estuvo en la Rosada junto a Kirchner en un acto por viviendas populares. Algunos kirchneristas interpretaron esa escena –que se repitió tres veces esta semana– como la constatación de que el Presidente no abandonará a quien le sirvió como un moderno caballo de Troya para ingresar a territorio enemigo. “No lo puede dejar solo. Sabe que (Solá) tiene que gobernar dos años más”, analizó un intendente que tiene buen diálogo con ambos. Mientras el gobernador se mostraba con Kirchner, el duhaldismo insistía con su reclamo por las internas bonaerenses.
La demanda de los hombres de Duhalde responde a la ley electoral que rige en la provincia, sancionada con el número 12.915. Según los duhaldistas, esa norma obligaría a Solá a fijar las fechas de las internas abiertas y simultáneas para cargos provinciales “entre el 23 de abril y el 23 de junio”. “Señor gobernador, los partidos políticos estamos esperando que cumpla con la ley”, reclamaron ayer a través de una solicitada el jefe del bloque del PJ en Diputados, José María Díaz Bancalari, y el intendente de Avellaneda, Baldomero “Cacho” Alvarez. Solá se demoró tanto en convocar a las internas porque quería hacerlas coincidir con la convocatoria de la Nación, prevista para el 7 de agosto.
Sin embargo, la ley electoral de la provincia impide que se unifiquen las fechas: deben respetarse otros plazos y usarse otros padrones. Así y todo, Solá no quiere hacérsela fácil a los duhaldistas. Una de las posibilidades que está estudiando es realizar esos comicios entre el 24 y el 31 de julio, lo más cerca posible de la interna nacional. Aunque todavía no tienen decidido participar de esos comicios. Atentos a la lentitud de Solá (quien quiere poner nerviosos a sus rivales), un grupo de ciudadanos presentó ayer un escrito ante el juez electoral de La Plata, Manuel Blanco. En ese planteo, reclaman a la Justicia que garantice que las internas se realicen con 120 días de anticipación de las generales, como fija la ley provincial.
Ayer, el ministro de Gobierno bonaerense, Florencio Randazzo, aseguró a Página/12 que Solá aún no fijó la fecha de las internas y que tampoco decidió si competir por dentro o por fuera. Otros dirigentes de la provincia anticipan que el gobernador evitará toda definición hasta que un juez no lo obligue. A la luz de los últimos acontecimientos, ese rol le podría quedar al juez Blanco, quien maneja las cuestiones electorales en la provincia desde hace muchos años.
Pero mientras se discuten los cronogramas, en la provincia también se habla de nombres. La danza de postulantes para acompañar a Cristina varía según dos hipótesis: si hay acuerdo o no. Algunos postulantes –como el diputado Jorge Villaverde o el titular de la Anses, Sergio Massa– podrían acceder a ese lugar sólo si se produce un acuerdo entre Kirchner y Duhalde. Hasta hace una semana, Villaverde era nombrado entre los bonaerenses más cercanos al kirchnerismo. En los últimos días sucandidatura comenzó a ser evaluada en el duhaldismo. Sin embargo, como en el Vaticano, hay quienes temen que “quien entra Papa salga cardenal”.