EL PAíS › EL DIFICIL DIALOGO ENTRE MST, PO, PC Y CP PARA LAS LEGISLATIVAS
La utopía es poder hacer un frente
Unos quieren negociar, otros internas. Y cada uno privilegia un interlocutor distinto.
Por Miguel Jorquera
La conformación de un frente electoral más amplio de partidos de izquierda para las legislativas de octubre sigue siendo, por ahora, una utopía. Mientras Vilma Ripoll (MST) lanza una propuesta concreta de candidaturas al Partido Obrero (PO), su máximo líder, Jorge Altamira, insiste en la realización de una interna “cerrada” para elegir a los candidatos y el Partido Comunista (PC) privilegia la relación con Coincidencia Popular (CP), en la que militan los diputados Mario Cafiero y Alicia Castro. Sin embargo, ninguna de estas alternativas de “unidad” prosperaría si no hay acuerdo con las cabezas de lista o existe reticencia a compartir las bancas entre los miembros de una futura coalición.
“Hay bases políticas para un frente y los cargos no pueden ser traba, porque además podemos compartirlos. Una propuesta concreta para las listas a diputados nacionales sería: (Patricia) Walsh (IU) y Altamira (PO) en Capital; yo y (Patricio) Echegaray (PC) en provincia. El párrafo pertenece a la propuesta pública que la dirigente Vilma Ripoll, del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) en Izquierda Unida (IU), hizo antes de presentársela oficialmente al PO.
Jorge Altamira (PO) había desafiado a IU a convocar a una “interna cerrada” (en la que previamente se inscriban quienes quieran participar) para dirimir los candidatos de la izquierda. Una propuesta que no sedujo a sus adversarios, que prefieren consensuar las candidaturas en un espectro más amplio de fuerzas. Para IU, ésta sería el “último” convite que le harían a los seguidores de Altamira. “En Salta, donde el PO hizo una muy buena elección, les propusimos la conformación de un frente electoral, sin ningún tipo de condicionamientos, y tampoco quisieron. Así es difícil avanzar”, confió a Página/12 un dirigente del MTS.
En tanto, los comunistas, los otros socios mayoritarios en IU, se muestran más entusiasmados con las reuniones “bi y multilaterales” que mantienen con CP, que conforman junto a Cafiero y Castro, el Partido Socialista Auténtico (PSA) y otras agrupaciones menores. Estos potenciales aliados provocan el rechazado del PO en la mesa de negociaciones con IU. Cuestión que se manifestó en el acto “unitario” del 1º de mayo, cuando un grupo lanzó un cántico en favor de la “unidad de la izquierda” excluyendo a los “traidores”, que no pocos creyeron motivado por la presencia de Mario Cafiero en el palco.
Entre IU y CP, el problema para concretar la proclamada unidad también son las candidaturas. Especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde para varios de los negociadores se “agigantan” las posibilidades de alcanzar representación parlamentaria. Allí se multiplican quienes quieren encabezar la lista “unitaria”: Ripoll, Echegaray y el socialista Jorge Rivas (que ya se había sumado a la unidad de izquierda en las elecciones pasadas), además de Cafiero, Castro y Mario Mazzitelli (PSA).
Quienes propician ideológicamente la unidad entre estos espacios políticos, también esgrimieron en las reuniones sus argumentos aritméticos. “En la provincia se necesita un piso de 300 mil votos para obtener un diputado. IU y el PS sacaron en la última elección 260 mil, que se puede aumentar considerablemente si la unidad es mayor, no sólo por lo que aportan los que se incorporan a un frente electoral más amplio sino por lo que potencialmente significa”, repitió ante este diario un dirigente de IU que participa de las negociaciones.
Aunque especificó que prefiere mantener su anonimato, el dirigente continuó con sus argumentos: “Una vez que se pasa ese piso, el remanente de votos (por el sistema aplicado en la elección) te permite sumar dos y hasta tres diputados”. Toda la explicación fue en función de convencer a sus aliados no sólo de las posibilidades electorales, sino en la necesidad de compartir los mandatos de las bancas, como lo hizo IU cuando Marcos Wolman (PC) reemplazó a Ripoll en la legislatura porteña. Aunque nadie quiere aparecer como el obstáculo que frustre la concreción de un frente electoral de izquierda, las viejas rivalidades y las candidaturas aún prevalecen por encima de los posibles acuerdos.